Ya había amanecido, yo desperté con un mojado beso de mi madre en mi mejilla, sin mucho problema me senté en la cama, solo que al hacer eso me ví obligado a soltar un gemido de dolor delante de ella, esta me miró con una cara extrañada y confundida, era obvio que no entendía nada y así estaba perfecto, que no entendiera mi dolor era una buena señal cada día.
-¿Qué tienes cariño?- preguntó dulcemente mientras acariciaba y acomodaba mechones de mi cabello que salían a mi frente.
-N... nada Ma, s... solo... tengo la pierna acalambrada, es todo- mentí, este simple acto, estas simples palabras me dolían, odiaba mentirle a mi madre, realmente lo odiaba bastante, era una tortura para mí tener que mentirle todo el tiempo, pues ella es una persona demasiado buena, maravillosa, dulce... perfecta, era perfecta era tan dedicada y esforzada como ninguna, sacrificando su vida y su tiempo para poder darme recursos, un lugar decente donde vivir, un colegio decente donde estudiar, estas cosas me estaban atropellando, me mataban sentimentimentalmente de forma lenta y tortuosa, mi madre no merece esto, no merece que le mientan, no merece un hijo gay, sentí mi frente mojarse esta vez, sacándome de mis pensamientos, yo me levanté, entré al baño, me bañé y luego vestí para el colegio, bajé a desayunar con mi madre, sentándome a como pude, aguantando interna y calladamente el dolor que sentía, ahogando exclamaciones y gemidos de dolor, para no alertar nuevamente a mi madre, pero pienso que valía la pena, pues estos 15 minutos que compartía desayunando ahora con ella, eran los únicos que iba a compartir con ella en todo el día, con la unica persona que me hacía sonreir sinceramente, habíamos terminado de desayunar, yo me levanté rápidamente de la silla, sintiendo un tremendo alivio al hacerlo, ya estaba a punto de salir, mi madre me miró con una sincera sonrisa, era hermosa, no cambiaría esa sonrisa por nada en el mundo, esa sonrisa era mi razón para vivir, yo le devolví la sonrisa, ella se acercó a mí y me mojó la nariz con un beso.
-Ten un buen día cariño, te amo- me dijo dulcememte.
-Gracias, Ma, tú también- respondí y luego de eso salí y me dirijí a la preparatoria, llegué en cuestión de unos cortos minutos, y entré sin pensarlo, al fin y al cabo, igual debía hacerlo, debía entrar, quisiera o no, nuevamente sentía las pesadas miradas de todos los chicos y chicas de la preparatoria, era algo a lo que nunca podía acostumbrarme, pues era demasiaso incomodo, ser el bicho raro, el diferente, el gay, era difícil, pero nadie entendía eso, nadie tenía la capacidad de ver lo mucho que sufría, Nadie, absolutamente nadie, cada paso que daba era abrumador y cansoso, pues con cada uno de estos las miradas aumentaban, el peso de la incomodidad y la vergüenza eran más grande, aún así, avanzaba sin dudarlo, disimulando mi cojera a causa de lo de ayer, intentando ignorar mi incomodidad, tratando de ignorarlos a ellos, a todos, ya estaba llegando a mi lugar favorito en toda la escuela, pues era el lugar donde no había prácticamente nadie, dónde me sentía más seguro que en ningún otro lugar, antes de llegar me percaté de algo que sucedía a mi lado derecho, Kim NamJoon y su tropa de inútiles estaban rodeando y al parecer golpeando a un chico que estaba en medio, yo, sin pensarlo dos veces tiré mi mochila al suelo y corrí hacia allí, tomé a NamJoon por el brazo y lo volteé bruscamente haciendolo verme y quedar frente a mí, en consecuencia haciendo que todos los demás se quedaran paralizados y dejaran de golpear al chico en medio.
-¡Déjalo tranquilo, Kim NamJoon!- le grité realmente enfurecido, ya sabía que me iba a golpear por eso, o peor, pero debía defender a aquel chico, no podía dejar que Kim NamJoon lastimara a más personas, ví como su ceño se frunció despues de eso.
-¿Cuándo te volviste tan valiente, Marika?- Escupió totalmente enojado, y con los puños apretados.
-¿Cuándo te hiciste tan idiota?, ah no, siempre lo has sido- Respondí con fiereza, en este momento no me importaban las consecuencias, solo quería proteger a aquel chico, inmediatamente NamJoon me golpeó la cara, haciendo que saliera sangre de mi boca y luego me empujó obligandome a caer la piso, en ese momento el timbre sonó marcando la entrada a las aulas, sentí un alivio, hoy estaba totalmente de suerte, sonreí de medio lado.
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Homofobia // NamJin
FanfictionJin es un chico de 17 años, un chico con problemas económicos, y abandonado por su padre al nacer, obligado por su propia consciencia a tomar medidas sobre esta situación, y para ponerle la cereza al pastel, tiene gustos diferentes, en pocas palabra...