Un sonido de tono de llamada dentro del vehículo me sacó de mis pensamientos pegándome un lijero susto, arrugué mi entrecejo dejando de ver como la calle cruzaba desesperada debajo de nosotros al escuchar su timbre de voz, era la primera vez en todo el camino que decía alguna palabra, mis ojos se posaron en su asiento con algo de disimulo mientras agudizando mi sistema auditivo prestaba atención a sus palabras.
ㅡAlcalde Kim Lah-Pyo ¿En qué le puedo ayudar...?ㅡ El hombre hizo una pausa corta para escuchar lo que informaba la persona al otro lado de la línea telefónica ㅡ¿YugYeom? ¿Que pasa?ㅡ Volvió a pausar y entre vez interrumpia musitando unos "Ajá" o "Ya veo" ㅡEnseguida voy para allá, no procedan sin mi presenciaㅡ. Aclaró y colgó la llamada, para luego ordenar que se detuviese la limusina ㅡLleven a NamJoon al aeropuerto y acompañenlo hasta que su avión despegue, no quiero que hayan imprevistos o tendrán serios problemas ¿Han entendido?ㅡ Sentenció con la voz más autoritaria que le salió, yo entrecerré mis ojos viéndolo con odio, cosa de la que él no se percató, uno de hombres se levantó cuando el auto se detuvo y salió para abrirle la puerta al viejo, quien salió a paso apresurado sin siquiera dirigirme la mirada, mis ojos se iluminaron en el momento en que se fue y empecé a maquinar un plan... definitivamente no me iría a Rusia...
Kim SeokJin
Miré la hora en mi celular y suspiré, ya era demasiado tarde, era tarde para todo, no había podido salvar a NamJoon y eso solo me hizo sentir como la mierda, como la persona más inútil que había pisado el planeta Tierra, y allí, tirado sobre aquella cama empecé a llorar y gritar, pataleando y tirando cosas, cualquiera que no supiese por lo que estaba pasando diría que me estaba volviendo loco.
Me senté junto a mi cama, con las manos en el rostro hecho una bolita mientras lloraba con rabia, con resentimiento, como nunca antes había llorado y tras unos largos minutos decidí asomar mi vista por entre mis dedos encontrándome con una escena gris de una habitación desorganizada a la cual entraba prácticamente nada de luz de ningún tipo, pero nada de eso importaba ahora pues me sentía impotente, inservible, incapaz, era una mezcla de sentimientos desagradables la que sentía, y no solo emocionalmente, pues mi cabeza estaba a punto de estallar de dolor, al igual que mi estómago.
Me levanté para intentar comer algo pero los alimentos me repugnaban, simplemente me parecían demasiado asquerosos y no pasaban de mi garganta, rendido me levanté del asiento y Suspiré llevando mis manos hasta la maraña de pelos en mi cabeza para tirar de estos un poco, fui hasta mi pieza para vestirme con una capucha y pantalones negros de jean para posteriormente abandonar la vivienda.
Hacia años que no visitaba este lugar, demasiado tiempo desde la última vez que vi este desgastado plástico que simulaba ser muros, lágrimas recorrieron mis mejillas mientras las yemas de mis dedos tactaban los viejos juguetes abandonados que sabrá Satanás la razón por la que no los habían cambiado o simplemente removido, pues desde el punto de vista popular, no tenían utilidad puesto que los niños no jugaban en estos.
Pero de alguna manera yo agradecía la persistente existencia de aquellos vejestorios que parecían alzados por mis recuerdos, aunque aquella puerta ya era demasiado pequeña para mi, definitivamente mis hombros, junto con todo yo se habían hecho más anchos desde entonces, soltando un suspiro pesado me senté sobre un banco de cemento destinado a los padres que anteriormente visitaban el lugar con sus hijos, miré el pequeño castillo y una sonrisa amarga se formó en mis labios, en serio que me había obsecionado con los castillos en ese entonces, ladeé un poco mi cabeza tratando de buscarle un mejor ángulo a ese antigüo juguete.
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Homofobia // NamJin
FanfictionJin es un chico de 17 años, un chico con problemas económicos, y abandonado por su padre al nacer, obligado por su propia consciencia a tomar medidas sobre esta situación, y para ponerle la cereza al pastel, tiene gustos diferentes, en pocas palabra...