15. La quinta chica

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Luego de haber secado mis lágimas salí del baño como si nada hubiese pasado aún podía sentir miradas seguirme y murmurar cosas a mi paso mientras me veían como un alien ¿acaso soy un alien o algo así? Me dispuse a buscar a JungKook, dejarlo así estuvo bastante mal, al igual que gritarle, debía encontrarlo y decirle que lo sentía, pedirle perdón y desear que lo acepte, no quiero perder otro amigo y fuí muy patán con él al gritarle de ese modo frente a todos, no quiero imaginar la vergüenza que debió haber sentido, conociéndolo, debía estar en el aula, pues allí iba cuando se sentía mal sabiendo que a estas horas el lugar estaba solitario, me dispuse a subir las escaleras y fuí a nuestra aula donde él estaba sentado en su propia silla mientras jugaba con sus dedos y una que otra lágrima resbalaban por sus mejillas, JungKook siempre había sido como un pequeño niño, disfrutaba de juguetear y molestar a los demás en especial si era a mí o conmigo por lo que he notado, por otro lado solo hacía falta qur le grites para romper su puro corazoncito, no se atrevería a dañar un mosquito ni a desobedecer a alguien, fuese quien fuese a veces no era capaz de entender comentarios pervertidos, era un pequeñín inocente y eso me hacía sentir como la mierda más grande del mundo por haberle tratado así, deberían hacerme un monumento al peor amigo del universo, me adentré tímidamente al salón para no asustarlo o algo, apenas se percató de mi presencia limpió sus lágrimas con la rápidez que pudo y sacó un cuaderno para fingir que escribía algo.de alguna forma era parecido a Jin, solo que este último solo se muestra así en ocasiones cuando enserio quiere a alguien, con los demás es como una roca impenetrable o eso aparenta ser ya que tiende a ser muy sensible o almenos ese era mi Jin, ese era el Jin que yo comocía, ese fué el Jin a quien traicioné, ese pequeño inocente.

-JungKookie...- cité con una voz que aparentaba calma aunque me moría de los nervios y la culpabilidad este me había ignorado y me senté a su lado, era completamente entendible que hiciese eso -JungKookie...- volví a citar esperando que esta vez si fuese respondido pero simplemente hacía como si nadie estuviese a su alrededor -Creo que ya entiendo... La ley del hielo ¿no?- él solo no se inmutaba ante cualquier cosa que le dijese -Bueno, sé que no puedes evitar escucharme así que diré lo que quiero decir, solo quiero perdirte perdón... Decirte que lo siento, lo siento muchísimo, sé que no debí hacer eso, soy un idiota, si no quieres hablarme lo entenderé perfectamente, pero JungKookie... Necesito que me perdones no puedo vivir sabiendo que no tengo el perdón de el único que nunca me abandona a pesar de lo idiota que sea- puse mi mano sobre la suya que estaba en la mesa, noté como ese tierno niño que ahora estaba sentado en mi lado había desprendido una ruborización ante mis actos, yo quité mi mano de forma rápida a fin de no incomodarlo aún más, al cabo de unos minutos volvió a tomar su color natural.

-Creo que sí eres muy idiota- rió mientras jugaba con sus dedos, tal vez no era lo que quería escuchar pero almenos había escuchado algo y eso me hacía sonreir.

-¿Puedes perdonarme Kookie?- volví a preguntale, pues quería escuchar con sus propias palabras su perdón.

-Te perdono TaeTae- Dijo al final mientras sonreía aunque no paraba de jugar con sus dedos y aún no me dirigía la mirada.

Mi sonrisa se ensanchó cuando me dijo eso, me levanté de mi silla y lo abracé aunque no duré mucho así -Gracias Kookie- dije al separarme, él solo sonrió.

Jung HoSeok

Mis expresiones eran asqueadas mientras mis ojos miraban a YoonGi sin poder dejar de hacerlo tal vez por sus acciones que para mí eran primitivas, salvajes y asquerosas, tal vez estaba exagerando -¿Nunca habías comido o qué?- Me atreví a decirle sin quitar mis expresiones de infinito asco al ver su desesperado comer y luego relamerse los dedos como si fuesen un manjar de dioses.

-¿umh?- se detuvo para mirarme sin sacar su pulgar de su boca.

-Eres un asqueroso Min YoonGi- el simplemente se encogió de hombros y siguió relamiendo sus dedos hasta que al fin se había dignado a tomar una servilleta para limpiarse las manos -Me alegro que se haya terminado- dije al final.

Homofobia // NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora