Las clases habían transcurrido como de costumbre, algunas tareas, cuestionarios, temas... Nada que estuviese fuera de lo común excepto que el aura respetuosa y temerosa hacia mí había desaparecido totalmente dándole lugar a un burlón ambiente, todo por ese zonzo abrazo hacía el homosexual del salón y ahora me daba cuenta de algo...
Este mundo está mal, te juzgan por las personas que te rodean y no por quie eres realmente, es simplemente ilógico y alelado.
Y no era solo eso, te juzgan por todo, por tus creencias, por tu sexo, por tu clase social, por tu orientación, hasta por tu físico, todo, todo es juzgar, juzgar, juzgar.
Y entonces lamenté darme cuenta ahora, lamenté ser tan tardío, porque de no ser así, ese pobre chico no estuviese sufriendo por culpa mía, porque sí, lo sabía, sabía que detrás de esa prevaleciente sonrisa que siempre adornaba su hermoso rostro había una inmensa cantidad de sufrimiento, y recordé las cosas que Jin me contaba de pequeños cosas que le sucedían a diario y casi nunca fueron cosas buenas "Me gustaría hacer conocido a papá" "Odio que mamá llegue de madrugada de sus trabajos" "Me gustaría ayudarle..." Esas palabras que escuchaba de pequeño ahora empezaban a marcarme ¿Como no pude darme cuenta? El pobre chico ya sufría bastante y yo solo le sumé más dolor, la peor parte es que hasta ahora me daba cuenta, después de años adicionándole diariamente dolor, y me perdonó, con todo lo sucedido, despues de todos estos años me perdonó.
Resonó el tiembre señalándo la salida al receso y yo agradecí mentalmente, pues poner atención, concentrarme o simplemente entender un tema se había convertido poco a poco en un reto que cada vez se hacía mayor, tal vez porque me encontraba demasiado inmerso en mis pensamientos y sentimientos de culpabilidad, de arrepentimiento del enojo conmigo mismo por haber estado ciego durante tanto tiempo, tantos años.
Salí al descanso un poco después que el aula había quedado desierta, pues cada vez quería estar más lejos de toda persona, cosa que estaba consciente avergonzaría en demasía al NamJoon que habitaba en mí hace apenas una semana y unos dias, sería sencillamente vergonzoso.
Min YoonGi
Mi felicidad, mi orgullo y mis ánimos se habían incrementado considerablemente tras la derrota a NamJoon, la mejor parte es que fué bastante fácil, nunca se objetó, nunca forcejeó por el mando, nunca se defendió, y aunque me resultó un poco aburrido, así pude conseguir lo que quería, así que lo considero perfecto.
Ahora miraba con el pecho inflado de orgullo, con una mirada que provocaba terror y respeto en los demás, un caminar más seguro que nunca, y una sonrisa implacable, no era plenamente como lo había imaginado pero supongo que debía conformarme, pues aún me sentía en el pico de la montaña y no planeaba permitir que nadie me tumbara de allí.
A mi lado estaba HoSeok como compañía de liderazgo, pero no es que aportase demasiado, pues permanecía callado, tranquilo, y no paraba de hablar de NamJoon, me frustraba.
-YoonGi...- Le escuché vociferar y pude jurar que estaba algo nervioso aunque intentase ocultarlo.
-¿Sí?- respondí con un tono cargado de cierto hastío, rezando internamente porque el nombre del derrotado no saliese de sus labios de nuevo.
-N... No he visto a... A... N... NamJoon hoy- y ahí estaba de nuevo, y había percibido tonos de duda al mencionar su nombre, pues sabía que estaba consciente de lo mucho que me molestaba esto, no se porqué persistía en hacerlo aún -Me preocupa Yoon... Él... Él es nuestro amigo- concluyó.
-¿Lo es? ¿O querrás decir tu amigo?- respondí fríamente sin dirgirle la mirada al contrario, continuando con mi paso que era algo pausado pues no me sentía nada desesperado.
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Homofobia // NamJin
Fiksi PenggemarJin es un chico de 17 años, un chico con problemas económicos, y abandonado por su padre al nacer, obligado por su propia consciencia a tomar medidas sobre esta situación, y para ponerle la cereza al pastel, tiene gustos diferentes, en pocas palabra...