Capítulo 5

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Ya era jueves y la semana había sido un completo desastre.

Para empezar, la tienda de manera muy inesperada había estado abarrotada de gente los dos días en los que había ido y estaba más estresada de lo normal. No era común que los días fueran así de ajetreados. En una ocasión me puse a pelear con una horrible señora que reclamaba por lo lento de la atención, pero es que estaba repleto y yo no soy capaz de multiplicarme para atenderlos a todos. Manu me reprochó y descontó de la paga por haberle dicho a la señora que se fuera a freír monos a África por ser tan molesta, esperaba que no me pusiera una demanda. Los demás clientes se rieron, pero la señora estaba roja de rabia y a punto de golpearme con su gran bolso con estampado de leopardo.

Aparte del mal rato en la tienda, mis profesores me habían sorprendido con un millar de trabajos, proyectos y exposiciones que debíamos hacer para las semanas siguientes. El primer trabajo era de biología y era en parejas, obviamente iba a ser con Aitana, teníamos que aprovechar que este año teníamos clases juntas. Para este trabajo debíamos hacer un informe completo hablando sobre el embarazo, las ETS, los anticonceptivos y más cosas relacionado con eso.

Como era el penúltimo día de la semana y ya no quedaba nada más importante para mañana, decidimos comenzar de inmediato así que esa misma tarde me fui de nuevo a la casa de Aitana. Últimamente estaba viviendo ahí, pero no me importaba ya que así podía ver a Ana.

Aitana tenía coche así que nos fuimos todo el camino conversando hasta que me preguntó:

—¿Por qué no me contaste que mi madre fue a tu tienda el domingo pasado?

—Porque no lo vi demasiado importante —le respondí simple y honesta.

—Se ha pasado toda la semana hablando sobre lo guay que eres y de lo buena que eres tocando la guitarra —¿en serio habló de mi?

—Tu madre es más guay que yo, canta, toca la guitarra y le gusta The 1975 —dije con una gran sonrisa.

—Ñe, no es lo que aparenta, es una fiera cuando se enoja. Tu solo conoces su lado bueno, pero cuando se molesta... prepárate para la chancla asesina... —me contó y estalle en carcajadas al imaginarme a Ana persiguiendo a Aitana por toda la casa con una chancla en mano para poder pegarle.

—No te rías idiota, duele un montón y me deja toda amoratada, es una salvaje —me reprochó y me reí más.

—Bueno te ahorrarías todo eso si ordenaras tu cuarto e hicieras tus tareas —le dije cuando ya pude controlar mi risa.

Pffff... comienzas a sonar como mamá —se burló.

~•~

Llevábamos una media hora trabajando en su salón cuando escuchamos la puerta principal abrirse.

Ana entró al salón dejando las llaves de la casa y de su coche en la mesita al lado de la entrada y su abrigo colgado en un perchero. Se acercó a nosotras con una sonrisa al vernos estudiando.

—Hola mis amores, supongo que están trabajando duro y que tendrán un hermoso 10 en su trabajo ¿no es así?

—No pidas milagros mamá, solo somos dos chicas promedio... bueno yo lo soy, Mimi es una cerebrito y de seguro gracias a ella tenemos buena calificación —le respondió mi amiga mientras Ana se acercaba a nosotras y nos saludaba con un beso en la mejilla.

—Hey, tu también eres inteligente —le dije con cariño.

—Ni lo intentes Mimi, ambas sabemos que eso no es cierto y que tu eres un ser sobre humano. De seguro eres un reptiliano, eso explicaría como es que sacas 10 aunque no estudies —divagó Aitana y Ana se rió de sus ocurrencias.

La mamá de mi mejor amiga (Warmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora