La mamá de mi mejor amiga (Warmi)

Capítulo 20

Narra Mimi

Habían pasado dos días desde que conocí a Ricky y he de admitir que me cayó muy bien. No era para nada lo que esperaba, pensé que él me odiaría por destruir el matrimonio de su amiga pero en cambio fue totalmente comprensivo con nuestra situación y nos deseó lo mejor. Dijo que quería que saliéramos juntos los tres en otra ocasión y creo que ya tenía una idea de a donde invitarlos.

Con los otros empleados de la tienda de música habíamos formado una banda y tocábamos de vez en cuando en un bar que quedaba al final de la calle.

Yo tocaba la guitarra eléctrica y cantaba, Marina tocaba el bajo y Alfred tocaba la batería. No éramos nada oficial, solo algunos viernes tocábamos algunos covers de canciones que nos gustaban, era divertido y a la gente le gustaba lo que hacíamos.

Pensaba invitarlos a tomar algo y que nos vieran tocar, además quería dedicarle una canción a Ana ya que ella me había escrito una a mi y quería que ella supiera también todo lo que yo la quería a ella y todo el impacto que había causado en mi vida.

•~•

Estábamos en la última hora de clases del lunes cuando noté muy cabizbaja a Aitana. Apenas tocaron para salir, dando por terminado el día, salí tras de ella ya que prácticamente se había ido corriendo de clase.

—Aitana, ¡espérame! —Le grité y por suerte ella se volteó a verme. Estaba seria y con cara de frustración, como si escuchar mi voz le molestara.

—Hey, te llevo llamando desde que saliste de clase. Solo quería saber que te ocurre, has estado muy... distante hoy día. —le expliqué cuando la alcancé.

—No es nada, no te preocupes. Son sólo estupideces de adolescente. —me respondió cabizbaja pero no lo iba a dejar así.

—Vamos, sabes que me puedes contar cualquier cosa, aunque sea lo más estúpido del mundo... además si te desahogas quizás te sentirás mejor. —le ofrecí para intentar que se soltara, no me gustaba que especialmente ella estuviera triste. Odiaba que mis amigos la estuvieran pasando mal, más aún si se trataba de mi mejor amiga.

—Está bien, quizás tienes razón. Pero no te rías ¿de acuerdo? —Me pidió y yo con tan solo escucharla me empecé a reír ¿por qué era así? Ella me miró mal.

—No prometo nada, pero lo intentare. —le aclaré ya que como se pudo notar, yo siempre me río en los momentos menos adecuados, sin embargo hice mi mejor esfuerzo y me puse seria. Ella lo estaba pasando mal.

—Bien, es que... yo... umh... estoy un poco... umh... celosa de... de ti. —dijo por fin y yo no podía estar más confundida, no sé que me había perdido.

—¿Que? ¿Por que? —Le pregunte sin saber a que se refería.

—Es sólo que... este fin de semana lo he pasado casi todo el tiempo con mi madre porque mis padres están enojados... —me contó y quería morir, tenía una pequeña idea de por qué podían estar pelados Miguel y Ana— ...Y bueno mi madre no ha hecho más que hablar de ti todo el tiempo... no sé que bicho le picó, dice que eres una excelente estudiante y que eres muy inteligente y que tienes un muy buen gusto musical y que le encanta la forma en la que tu mente funciona y que tienes unos ojos muy bonitos y que bla bla bla... y bueno, como que me siento un poco...¿desplazada? —se explicó provocando que me dieran ganas de morir. Quería matarme ahí mismo. Mi corazón comenzó a latir como loco, ¿Ana pensaba todas esas cosas de mí? Ay Dios mío, me estaba derritiendo... pero ella no podía ser tan obvia, tenía que aprender a controlarse delante de Aitana.

—Oh vaya... lo siento mucho, yo nunca quise... yo nunca quise que tu madre te comparara conmigo, lo siento mucho Aitana. —me disculpé.

Nunca deseé que esto pasara. Siempre pensé que Ana no hablaba nunca de mi pero aparentemente estaba equivocada. Me hizo sentir bien saber que estaba en su mente todo el tiempo, pero a la vez mal porque hice sentir mal a Aitana indirectamente. Era confuso...