Capítulo 21

1.9K 102 5
                                    

Narra Ana


¿Por qué no podía hacer a Mimi feliz? Me sentía tan impotente y cobarde.

Me lamentaba a cada momento del día el no poder darle lo que ella se merecía, un amor incondicional y mucho cariño, se merecía el mundo entero, las estrellas, el sol y la luna, e incluso todo eso no sería suficiente.

Ella era el ser más inocente y puro que conocía, nunca tenía malas intenciones y siempre velaba por el bienestar de los demás, el mío, el de su familia y el de sus amigos. No existía persona más buena que ella y lamentablemente, se había enamorado de mi, alguien que no era capaz de hacerla feliz como ella debería serlo. No podía estar con ella porque yo era cobarde y no me atrevía a admitir que la amaba y que estaba perdidamente enamorada, no estaba preparada, no podía hacerle eso a mi familia.

Deseaba con todo mi corazón que en vez de haberse enamorado de mi se hubiera enamorado de Aitana, pero las cosas no eran así.

Ella se enamoró de mi y yo de ella.

Detestaba verla sufrir por mi culpa, yo sabía que le dolía verme con Miguel, que le molestaba tener que andar a escondidas y que odiaba que me fuera luego de tener sexo porque tenía que volver rápido a casa para que no sospecharan, sabía que odiaba tener que compartirme y que no se quejaba por todo lo anterior porque no le gustaba causar problemas. Así era ella, siempre velando por mi bienestar, y ya era momento de que hiciera algo al respecto.

De ahora en adelante cambiaría por completo mi actitud de cobarde e intentaría cambiar las cosas, me replantearía todo de nuevo y asumiría las cosas tal y como son.

Asumiría que era totalmente bisexual, asumiría que la amaba, asumiría que ya no quería a Miguel como antes, asumiría todo de una maldita vez y me enfrentaría a todo el mundo si era necesario para poder hacer feliz a Mimi, me enfrentaría contra sus padres y los míos, contra Miguel y Aitana y contra cualquiera que quiera separarnos, porque ya estaba harta de tener que limitarme por el bien mayor, esta vez pensaría en mi y sólo en mi, quizás era egoísta, pero no podía seguir mintiendome a mi y a todos los demás. No quería vivir en una mentira que luego me terminaría destruyendo, así que pondría en marcha todas las acciones correspondientes para cumplir mis deseos, empezando por hacerle saber a Mimi lo perfecta que era y todo lo que significaba para mi.

•~•

Ahora estábamos los cuatro sentados en una mesa del bar luego de que yo fuera por Mimi al baño y la encontrara llorando, situación que detonó todas mis alarmas y me hizo replantearme todo, las cosas no podían seguir así.

Ricky y Kibo estaban frente a nosotras mientras yo tenía una mano en el muslo de Mimi para brindarle apoyo. Sabía que aún estaba un poco inquieta y sensible por lo anterior.

—Mimi, permitenos felicitarte porque estuviste increíble ahí arriba, tienes demasiado talento jovencita. —la elogió Ricky.

—Gra-gracias, me gusta mucho cantar y tocar, lo disfruto bastante... oh y gracias por venir también. —respondió Mimi con una gran sonrisa en su rostro. De verdad era muy buena en todo lo que hacia, en especial cantar, su voz grave y rasposa era lo más sexy que existía, no tenía ni que esforzarse para sonar como un ángel.

—Debo admitir que eres perfecta y que tu voz es lo más sexy que existe y que te amo. —le hablé a medida que le besaba la cara por todos lados y la atraía hacia mi abrazándola por la cintura. Ella rió como un bebé, amaba cuando hacia eso, se veía y sonaba tan adorable.

—Gracias Ana, yo también te amo. —me correspondió con las mejillas rojas.

—¿Ves?, ¿por qué no puedes ser un poco más como Ana o Mimi? Me tienes que amar Kibo y tienes que demostrarlo o no te dejaré dormir conmigo hoy. —dijo Ricky reclamándole a su esposo mientras se cruzaba de brazos y hacía un berrinche de niño pequeño.

La mamá de mi mejor amiga (Warmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora