Capítulo 26

2.1K 85 10
                                    

Narra Mimi


Ana💕: Mimi... mira con quién estoy.

Ouch... golpe bajo. Me pasó una foto de ella y Miguel en la cama tumbados. Así que con esto andaba ahora... ya me las pagaría. Ella sabía cuanto odiaba que Miguel la tocara. Me hervía la sangre con tan solo pensar que él tenía sus asquerosas manos sobre su cuerpo. Dios. La foto me había hecho enfadar demasiado.

Si quería jugar... juego tendría.

Mimi🔥: Oh espero que estén teniendo un buen rato. Yo también me estoy divirtiendo por aquí.

Le envié una foto tumbada en la cama en sujetador.

Ana💕: Buena jugada. El problema es que ahora tengo unas ganas inmensas de que me follen... y como tú estas tan lejos... supongo que tendré que satisfacerme con Miguel. No me puedo aguantar.

Mimi🔥: ¿Estás segura? ¿No quieres venir conmigo? Sabes que yo te follo mejor que ese tonto. Mira lo que te pierdes.

Le pasé otra foto de cuerpo entero en lencería.

Ana💕: Demonios Mimi... me pones demasiado... pero aún no me convences.... Miguel sigue siendo una opción viable. Necesito... un poquito más de incentivo si quieres que vaya hasta allí.

Mimi🔥: Pero eso no es problema... había querido mandarte esto hace tiempo. Lo grabé estando sola en mi habitación imaginando que tú estabas entre mis piernas y yo me meneaba contra tu preciosa cara.

Le envié un vídeo tocándome.

Ana💕: Mierda Mimi. Está bien, tu ganas. Estoy toda empapada por tu culpa. Me aseguraré de que me las pagues y de que tus deseos se hagan realidad. Llego en 20, espero que estés completamente desnuda cuando llegue... no puedo esperar para hacerte gemir mi nombre.

Maldita Ana.

Ahora mi clítoris palpitaba dolorosamente y sentía mis fluidos escurrirse entre mis nalgas.

Dios...

De inmediato me quité toda mi ropa cumpliendo las órdenes de Ana. Estaba muerta de calor, toda mi piel ardía por la inminente llegada de Ana. No podía esperar para que me follara.

El aire acondicionado del maldito cuarto de hotel estaba roto así que eso empeoraba mi calentura.

Me acosté en la gran cama matrimonial de sábanas blancas completamente desnuda con todas las piernas abiertas. Pasé mis manos por mis pechos, los apreté y amasé jugando con mis pezones ya endurecidos hace rato. Bajé una mano hasta mi intimidad, recogí mis fluidos y jugué con ellos. Los distribuí por todos mis pliegues, lubricando. Tomé mi clítoris e hice círculos alrededor de este. Que bien se sentía.

Mi respiración se volvió pesada mientras me imaginaba el culo de Ana frente a mi y yo dándole fuertes nalgadas dejando mi mano marcada. Estaba más que encendida para este punto con tan solo imaginarme sus curvas y su carne rebotando con cada golpe.

Lentamente introduje dos de mis dedos en mi interior. Gemí suave. Estos se deslizaban con facilidad. Estaba muy mojada, entremedio de mis nalgas y hasta mis muslos.

Los metí por completo en mi interior y los movi dentro sin sacarlos para llegar a mi punto sensible. De inmediato arqueé mi espalda y tiré mi cabeza hacia atrás. Seguí con los movimientos cada vez más fuerte. Mis caderas se movían de arriba hacia abajo y yo ya estaba empezando a sudar. Estaba totalmente en el cielo, lo único que mejoraría esto sería que Ana estuviera entre mis piernas con su cara enterrada en mi intimidad, llenándome con su lengua y haciéndome ver estrellas. Tan solo el pensamiento me volvía loca.

La mamá de mi mejor amiga (Warmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora