Capítulo Ocho

174 27 7
                                    

—Eres un cerdo —acusó Jaebeom a Mark con una expresión de desagrado.

—Hey, no fue tanto. Tampoco pienso contarte detalles, eso no es propio de un caballero —se defendió el rubio ocultando su sonrisa.

—¡Qué caballero se tira a medio instituto en mes y medio! —exclamó molesto el pelinegro.

Era verdad, Mark había estado coqueteando con cada chica y acostandose con cuántas le fuera posible. Le contaba a Jaebeom sus tácticas y formas de seducir, incluso quién había sido la afortunada, como él les decía. Jaebeom ya estaba harto, odiaba que trataran a las personas así porque una vez que Mark tenía lo suyo las dejaba botadas sin explicación alguna.

—La única con la que no puedo acercarme es Diana —comentó Mark—. Es muy seria y parece ser que no será fácil.

—¿Qué creías imbécil? Ella tiene más cabeza que las demás, sabe cómo terminará si deja que te acerques.

—Tal vez debo usar otro  método —comentó Mark ignorando lo que su amigo le había dicho.

Jaebeom tomó un cojín del sofá y se lo lanzó a la cara.

—El día que pierdas a alguien que en verdad valga la pena, sabrás sentar cabeza.

—Como sea, ya es tarde. Debo ir a casa a la cena que hizo mamá para la negociación de la empresa —se puso de pie y tomó sus cosas—. Te veré mañana en clases.

—De acuerdo, no olvides mis notas de literatura, las necesitaré mañana.

—Tranquilo, gruñón. Las tendré listas antes de que empiecen las clases ¿De acuerdo? No hay problema.

Jaebeom asintió aún con duda de su palabra pero se obligó a confiar en su amigo, tenía esa pequeña esperanza de que no le faltaría. Mark una vez más se despidió y salió con una sonrisa en su rostro.

—¿Tú crees que aún conserve mis notas? —preguntó el pelinegro a la felina que salía de la cocina.

—Meow~

—Sí, yo tampoco creo que las tenga. Debió dejarlas con alguna chica.

Nora caminó hasta sus piernas y se restregó en ellas, él la tomó en brazos y se dirigió con ella a la habitación.

—Ya es tarde, pequeña. Mañana hay mucho que hacer.

|^^^|

Esa mañana el ambiente era distinto, Jaebeom podía sentir las miradas de todos sus compañeros encima, echó un vistazo a su ropa por si algo estaba mal acomodado pero no notó nada fuera de lo normal. Caminó a una de las bancas del jardín y se sentó ahí a esperar a Mark para que le diera sus notas pero el rubio no se presentaba.

Miró la hora un poco angustiado, aún no era tarde pero temía que Mark lo hiciera perder una clase más. Observó por todos lados pero no había rastro de él.

—Jaebeom-mie —dijo una voz femenina tomándolo por sorpresa—. Qué bueno verte, no hemos hablado desde la fiesta ¿Sabes?

—Oh Kyung Gi, ¿qué haces aquí? ¿no deberías estar en clases?

—Tú también deberías estar ya en el aula, ¿qué haces aquí tan solo? —preguntó ella acercándose un poco  y sujetando su brazo para que él no se alejara.

—Tienes razón, se me hace tarde para llegar a clases —habló tratando de no sonar grosero y se soltó de su agarre—. Te veré después, tengo que irme.

Cambió la mochila de hombro y suspiró dando la vuelta. Iba a matar a Mark por no llegar a tiempo, sus notas ya no importaban en ese momento, con tal de no hablar con Kyung Gi hasta perdería un examen. Entró al  edificio con prisa, agradeció que hubiera aún tantos alumnos en el pasillo, quizá perdería con facilidad a Kyung Gi.

De nuevo todos lo miraban y no tenía idea de por qué. Se desconcentró al buscar una razón para ser el centro de atención, y en eso, Kyung Gi lo volteó.

—Jaebeom —murmuró con mirada suplicante, lo que lo confundió aún más.

Él una vez más se soltó, ahora con brusquedad, diciéndole con la mirada que no lo volviera a tocar. Al darse vuelta para seguir con su camino, se encontró con Chanhee, uno de sus fastidiosos compañeros.

—Eh Jaebeom, ¿por qué tratas así a tu novia? La pobre lleva tiempo intentando acercándose a ti —dijo Chanhee mirando con burla a Kyung Gi.

El pelinegro no entendió a qué se refería, hasta que volteó a ver a Kyung Gi, quien lo miraba todavía suplicante. Observó a su alrededor, ya todos lo tenían en la mira. Ahora lo sabía, esa niña había dicho algo que no debió decir y por eso todos lo miraban de esa forma.

Jaebeom caminó un par de pasos a ella, sintiéndose bastante molesto con ella y se detuvo apenas unos centímetros, podía sentir su miedo pero ya estaba harto que ella hablara de él como si lo conociera o siquiera como si algo hubiera pasado entre ellos. ¡Ya no más!

—¿Novia? —inquirió con un extraño tono de voz sin dejar de mirarla— ¿Desde cuando es eso?

—Jaebeom, lo siento yo...

—Escucha Kyung Gi, ya cansado me tiene con todo lo que estás haciendo. ¿Esta es tu forma de divertirte? —siguió sin dejarla responder— No sé qué tanto hayas estado diciendo y la verdad no me importa, solo déjame en paz de una puta vez y métete en tus asuntos, ya he sido muy bueno contigo.

Kyung Gi contuvo las ganas de llorar y tomó su mano antes de que se fuera para poder decirle:

—¿Qué hay de la fiesta? ¿No fue nada para ti?

Él suspiró no queriendo decirlo de esa forma, pero ya se lo había guardado tanto y no pensaba seguir callando para que ella tuviera esa idea equivocada.

—No fui yo con quien estuviste esa noche —dijo al mismo tiempo que la expresión de ella fue cambiandoa tal grado de lograr hacerla llorar.

Jaebeom se repetía que no había hecho mal, ya había tolerado bastante, ella cruzó su límite, no hizo mal, no lo hizo.

Siguió caminando hasta abrirse paso hasta que sus ojos se encontraron con la persona que menos esperó. Ella al fin lo miraba, desde que llegó no lo había hecho y ahora que lo hacía, había desprecio en sus hermosos ojos. Los segundos parecieron eternos hasta que ella desvió la vista y se fue luciendo molesta.

—¡Jaebeom, Jaebeom! Ey, ¿qué sucedió? Me perdí de lo bueno —dijo Mark con sus notas de literatura un poco maltratadas en la mano.

El chico lo miró por un momento y enseguida volvió la vista por donde sehabía ido la chica pelinegra.

—Lo jodí —murmuró con pesar—. Lo jodí y ni siquiera tuve oportunidad de acercarme.

Mark lo miró sin enterder a qué se refería, finalmente se resigno a averiguar y lo animó a que fueran a clases. El día apenas empezaba.








Seguro ya ni se acordaban de mí. Tuve unas complicaciones, con el final de mi última historia, una supuesta graduación, todavía no me gradúo pero ya estoy a unos días. Además desinstalé la app y traté de escribir en la PC pero fue un poco difícil.

Lo importante es que les traigo un capítulo más. Ahora siento que va un poco aburrido pero ya vendrá lo mejor, o eso espero.

Estoy de vuelta para darle con todo. Y por cierto, tengo una página en facebook donde estaré transmitiendo el concierto de GOT7 en México, se llama Quiero Secuestrar Oppas, a mí  me gusta decirle QSO (queso). Yo no le puse el nombre, pero no me quejo porque no se me ocurre uno mejor. Eso es todo, espero subir algo más pronto.

Muchísimas gracias por seguir aquí, les quiero. Disculpen la mala ortografía y los errores que pueda haber.

I'm Not Invisible! [임재범]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora