Capítulo Treinta y Cuatro

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Jaebeom acarició la mejilla de Maddie antes de sonreírle con suavidad. Ella se mantuvo con la mirada fija en sus ojos y con el reflejo del temor en su rostro.

—Si me permites llevarte a esa habitación —señaló Jaebeom la dirección de sus apocentos y suspiró con pesadez—. Te haré tocar el cielo cuantas veces me pidas, toda la noche si es posible. Pero si tu respuesta es no, tendré que hacer lo que sea para evitar tocarte.

—Jae... —exhaló ella sintiendo el cuerpo del chico presionar el suyo, se mordió el labio inferior y miró el deseo en sus ojos. Cegada por su presencia, su aroma, la sensación y el amor que le tenía, terminó asintiendo de nuevo y tomando la iniciativa de besarlo como respuesta.

Jaebeom sonrió en medio del beso, que sin ser intenso, sentía que le robaba el alma. Con cuidado se levantó del sofá y la atrajo a su pecho sin romper el contacto entre sus hambrientas bocas. El camino a su habitación nunca fue tan eterno como en ese momento, siendo torpes con sus pasos y ansiosos con sus caricias llegaron difícilmente a la puerta.

Jaebeom pensó en dejar la puerta abierta, después de todo no había ningún razón en especial para tomarse el tiempo en cerrarla, pero una suave voz proveniente del interior de la habitación llamó su atención, por primera vez en su vida se disgustó por tener a Nora interrumpiendo algo como eso. Maddie pareció darse cuenta también de la pequeña espectadora de grandes ojos que los observaba desde la cama. Jaebeom se apresuró a tomarla y sacarla enseguida, sin olvidarse de dar una disculpa a la felina.

—No es nada personal. Te lo compensaré, lo prometo —murmuró al confundido gato antes de cerrar la puerta y volver a tan anhelado momento.

No se molestó en encender la luz, ya no quería perder más tiempo, además la tenue luz de lo que quedaba del atardecer era suficiente para poder ver lo que hacía, creía también que en ese momento lo único que importaba era sentir, quizá después se daría la ocasión de disfrutarlo visualmente pero mientras tanto haría lo que estuviera a su alcance.

Tomó a la chica de la cintura mientras le besaba los labios, el cuello, la clavícula y trataba de quitar sus prendas. Quiso ser paciente y cuidadoso con ella para no lastimarla, mas su deseo de tomarla lo consumía con cada beso, cada caricia y cada suspiro. Él mismo se deshizo de su camiseta y sus pantalones quedando así en ropa interior, cuando menos lo pensó, ella también comenzó a despojarse de sus prendas, una por una y para Jaebeom, fue el espectáculo más hermoso que pudo presenciar en toda su vida.

Estando ambos a solo un poco de mostrar su desnudez, Jaebeom besó a Maddie con suavidad y con lentitud la recostó en la cama. La noche cayó justo en ese momento. Maddie sintió al chico acariciar cada parte de su cuerpo con manos y labios, la sensación era increíble y los sonidos que emitía eran prueba de ello.

Pronto el lugar se inundó de calor, oscuridad, respiraciones profundas, gemidos y suspiros sonoros que parecían ser callados por los repentinos besos que se brindaban de vez en cuando. El resto de la ropa desapareció apenas la luz de la luna asomó por la ventana.

Las palabras que hasta ahora habían dicho solo eran sus nombres y algunas maldiciones por parte del chico, pero sabían que no hacía falta decir algo más, podían sentir todo el uno con el otro, solo tenían que seguir.

Para cuando Jaebeom se colocó entres sus piernas, la miró temeroso. No podía mentirse así mismo, aunque quisiera eso más que nada, la nula experiencia le llevaba a temer. Pero no quería dar marcha atrás, no podía, su cuerpo lo exigía. Así que sin más miedos se acercó hasta el rostro de Maddie y luego de darle un profundo y largo beso se hundió en ella, al principio con lentitud. La miró chillar, gemir y contraerse, cuando la vió más tranquila inició el ritmo de sus empujes, suaves y lentos. Fue perfecto para él, verla disfrutando tanto como él, buscar consuelo en sus labios y dándole ella la iniciativa para seguirla tocando y acariciando. Las posturas no fueron suficientes para cuando ambos alcanzaron el orgasmo tiempo después.

I'm Not Invisible! [임재범]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora