Capítulo Treinta y Seis

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Jaebeom citó a Mark en el bar donde solían conversar muy seguido, en cuanto vio entrar a su viejo amigo, enseguida lo notó extrañado, y claro, él también lo estaría si lo llamaran de la nada solo para hablar.

-Llegas tarde, creí que no vendrías -reprendió ahora Jaebeom, Mark solía regañarlo por su constante impuntualidad.

-Vamos, ¿ahora realmente te importa ser puntual? -Jaebeom no respondió como Mark esperaba y eso lo alertó sobre algo en verdad malo- Dime, ¿qué sucede?

-No me lo hagas preguntar de nuevo. Ya hablamos sobre el asunto de Diana y no se resolvió nada.

Mark se puso tenso en su sitio y desvió la mirada.

-Ah... Eso...

-Sí, eso -señaló Jae-. Te agradeceré si me explicas qué demonios tienes en la cabeza para hacer semejante estupidez. Antes te pedí que te detuvieras y dejaras de meterte en su mente, entiende que entre tú y ella no habrá más.

El chico comenzó a alzar la voz con enojo buscando una reacción por parte de Mark, y claro que la tuvo.

-Bien, ¿Qué es esto? ¿Un maldito juicio? -estalló en reclamos el americano- Como si tu fueras el chico perfecto para venir a darme sermones sobre lo que hago o no -Jaebeom se sorprendió por su acusación llena de rencor-. Que a ti no te importe dejar a alguien que amas -hizo énfasis en esa última palabra- no es mi problema. Déjame luchar por la chica que amo y no me retes como si fueras mi padre.

-No se trata de eso Mark. Sé que no eres idiota y eres conciente de lo peligroso que es que te metas con algo tan delicado como su mente. No es un juego.

-¿Tú que sabes? Seguro no has experimentado algo como el amor, así que ahórrate  tus palabras para tus jugueteos con Wang.  

Lo peor que pudo hacer Mark en ese momento fue nombrarla. Fue entonces que enseguida Jaebeom tomó a Mark por el cuello de la camisa y lo zarandeó.

-Escucha, imbécil; no tengo mucha paciencia y créeme que te romperé esa linda carita que tienes como vuelvas a...

-¿Toqué la fibra sensible? -rió Mark sintiendo al instante el primer golpe en su nariz- Maldición Jaebeom, me equivoqué contigo. Realmente te enamoraste de esa niña tonta -otro golpe, pero el chico no pudo evitar reír de nuevo-. Dime, ¿no harías lo que fuera por ella? 

-¡Cierra la maldita boca! N-no estoy enamorado, y aunque lo estuviera, no haría nada si ella no quiere, ¿entiendes? Deja en paz a Diana porque ella no quiere nada contigo desde en momento en que la dejaste.

Mark al fin pareció procesar aquellas palabras, así que se quedó callado. Jaebeom no soltó el agarre en su camisa, sino lo contrario, forzó su agarre y esperó la respuesta.

-Te dije que no lo entenderías... -murmuró viendo la mirada del pelinegro suavizarse- En verdad la amo.

-No te creo, no creo nada de lo que dices -espetó Jae al fin soltándolo- Déjala vivir como lo hacía, así era feliz, solo así lo creeré. Piénsalo bien y no seas más un idiota o perderás amigos que de verdad valen la pena conservar.

No tenía más que decir, había sido bastante claro y esperaba no tener que repetirlo más adelante, pudo ver en la mirada de Mark autentico arrepentimiento y con eso fue suficiente. Antes de marcharse dirigió la mirada al rubio y suspiró.

-No vuelvas a mencionarla, es desagradable para mí, siquiera pensarla.

Le dio la espalda dispuesto a irse, cuando apenas alcanzó a escuchar lo que dijo Mark:

-No te engañes, sé que debes estarla evadiendo porque algo pasó, no tengo ni la menor idea, pero estoy seguro que no te durará mucho la actitud de niño berrinchudo.

Esta vez no respondió y salió del lugar esperando que su amigo pensara en lo que hablaron, pero lo cierto es que ahora él se sentía muy inquieto por lo último que escuchó.

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Días después de hablar con Jaebeom, Mark reflexionó mucho sobre el asunto y decidió que lo mejor era enfrentar el problema que él mismo provocó y aceptar las consecuencias.

Pero no fue suficiente para tener más tranquila su consciencia. Ya no había nada que pudiera hacer en Corea, sus padres decidieron tiempo atrás que era hora de regresar a América, solo que con su reciente determinación de tener a la chica, él no accedió. Hasta ahora.

Mark se encontraba ya en el aeropuerto esperando que su vuelo fuera anunciado para al fin volver a casa con sus padres. Envió un mensaje de texto a su madre notificándole que pronto abordaría el avión, cuando entre toda la multitud se encontró con el rostro familiar que por nada del mundo olvidaría. Con una sonrisa poco burlona se acercó y saludó inusualmente.

-¿Debo llamar a la fábrica de dulces? Veo un bombón perdido -la chica saltó enseguida casi dando el grito de su vida, al ver que se trataba de Mark se alejó un par de pasos- Tranquila, no te haré nada... A menos que quieras.

-Eres un idiota.

-Pequeña Mei Xiao, te encanta que sea así. ¿Ya olvidaste la bonita amistad que solíamos tener? ¿O el noviazgo que tuvimos? Vamos, siquiera deberías recordar eso.

-El pasado pisado, ¿qué quieres?

-Aprovecho verte aquí para despedirme, me iré a casa con mis padres -dijo abandonando ese tono burlón que siempre usaba con ella-. ¿Tú qué haces aquí? Creí que Jackson se iría en unos días más.

Ella suspiró -Jackson se irá mañana al medio día, pero no quiere compañía cuando se vaya.

-¿Entonces? 

-Necesito un respiro de todo esto. Iré a Shangai con mi abuela hasta que me sienta mejor.

-¿Esto es por Jaebeom? -indagó Mark, pero solo obtuvo un triste silencio como respuesta- De acuerdo, no me voy a meter. Aunque creo conveniente que lo hablen porque supongo que él no sabe que te vas de Corea ¿o sí? -ella negó con la mirada baja y él la tomó por los hombros con suavidad-. Escucha, sé lo persistente que eres cundo quieres algo, y si lo que quieres es a ese gruñón impulsivo solo ve por él.

-Lo haría, Mark. De verdad lo intentaría las veces que fuera necesario... Pero también estoy dispuesta a renunciar si él me lo pidiera, y es justo lo que hizo.

-No te rindas así de fácil. Sé lo que te digo.

En ese momento fue anunciado el vuelo de la chica. Mark la miró sonreírle para luego darle la espalda y dirigirse a tomar su vuelo. Pero él no le permitió dar más de dos pasos.

-Mark, ¿qué suce-

-Maddie, en verdad lo lamento, todo. No fui un buen novio y me porté como un imbécil. Probablemente nunca nos volvamos a ver pero quiero que sepas que sí te quise, no te amé, sé que tú tampoco me amaste a mí y lo entiendo. No dejes a ese tonto, es mi amigo y no quiero que lo lamente ¿sí?

Siendo todo lo que quería decir, Mark terminó con su despedida. Maddie asintió con una leve sonrisa y con cuidado retiró su mano de encima.

-Gracias, Mark.

Y sin decir más, se alejó con los ojos llenos de lágrimas. Lo echaría muchísimo de menos, y no hablaba de Mark, sino Jaebeom. 

Mark no se equivocaba, esa era la última vez que se verían en mucho tiempo.






Esta es una versión super mega re-masterizada de lo que sucedió en The Invible Boy, con más detalles y diálogos no tan cringe.

Y para que sepan, Mark y Maddie fueron novios, él es el tercer novio del que ella le habla a Jaebeom en el capítulo 19. Se los digo porque no se menciona después.

Terminando las promociones de gaseven les caigo con el final. 

  

I'm Not Invisible! [임재범]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora