—Cuando desperté, estaba en mi habitación y ya tenía este rasguño en la cara —dijo Jaebeom señalando su rostro.
Yugyeom frunció el ceño y por poco se ríe del relato.
—¿Entonces sólo recuerdas estar en el bar, mucho mareo y luego despertar? —repitió aguantando la risa por la expresión en el rostro de Jaebeom—. ¿Seguro no te dolía atrás? ¿Te revisaste?
—¿Por qué me dolería? —preguntó extrañado por eso—. Olvídalo, lo más raro de todo es que traía puesta mi pijama en la mañana.
—Eso es bueno ¿no? —dijo él menor— al menos no estabas tan ebrio como para olvidar cambiar de ropa.
—Yugyeom, yo no duermo con pijama, solo lo hago cuando hay visitas —casi alarmado, el pelinegro alzó la voz.
—Bueno, quizá tuviste alguna visita y no lo recuerdas, Hyung —calmó Yugyeom—. ¿Qué más hubo aparte de eso?
Jaebeom pensó un poco.
—Tienes razón, alguien debió estar conmigo anoche, pero sólo recuerdo reír y hablar a la nada. Y ahora que lo mencionas, había una aspirina junto a un vaso de agua, mi armario desordenado y Nora no estaba, suele irse cuando alguien ajeno entra.
—Ahí lo tienes. Alguien se compadeció de ti y te llevó a casa, ahora ¿tienes alguna idea de quién podría ser?
El chico negó, definitivamente no tenía recuerdos de una persona estando con él en esa situación tan embarazosa. Haberse sentido culpable y miserable por una chica que no lo quería, era lo peor. Eso fue lo que lo llevó a entrar en ese lugar y ahogar sus penas, incluso si ya tenían años de haber sucedido, también estaba mal guardarse todo lo malo y dejarlo crecer.
Estaba consciente de que dijo cosas tanto ciertas como ridículas, y esperaba que la persona que escuchó todo no le causara problemas.
—Jaebeom Hyung, ¿me ayudas? —preguntó Chan acarreando un par de cajas desde la entrada— Los distribuidores no están enterados del almacén y la puerta trasera.
—Tranquilo Hyung, los recuerdos siempre llegan, tarde pero lo hacen. No te apures.
El pelinegro asintió a lo que dijo Yugyeom, sería paciente y se prepararía mentalmente en caso de ser necesario. Se dirigió a la entrada principal y ayudó a Chan con las cajas para llevarlas a la parte trasera. Tenía el día por delante.
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El camino de vuelta a casa estuvo demasiado tranquilo, seguía ocupando su mente en recordar. Con suerte pudo verse a sí mismo vomitar cerca de tres veces, en la calle, en el baño de su casa y encima suyo. Fue asqueroso sólo recordar, pero ya era un avance.
De pronto se acordó que también estuvo hablando por teléfono, tal vez alguien a quién llamó podría decirle lo que pasó exactamente mientras él hacía de las suyas.
Tomó su teléfono del bolsillo trasero y revisó el historial de llamadas de la noche anterior. Mark estaba en primer lugar, le llamó demasiadas veces, pero conociéndolo, sabía que no se tomaría la molestia de recogerlo y llevarlo a casa, menos cambiarlo de ropa y arroparlo. Pensándolo bien, quizá luego de la primer llama, debió bloquearlo para seguir durmiendo. Eso sí sonaba como Mark.
La última llamada que hizo fue a Maddie. Se golpeó la frente con frustración. No podía ser cierto, ella no pudo verlo en una faceta tan... Tan... Tan Im Jaebeom, que le revelara cosas que ni él mismo quería aceptar.
A su mente volvieron algunos recuerdos más. Él riendo, ella llevándolo, él vomitando frente a ella y por último, intentando besarla, luego Nora arañando su cara.
—Mierda —gruñó imaginando el desastre que fue.
Guardó de nuevo su teléfono y miró al frente, justo en el cruce, y su paso se detuvo. Ahí estaba ella. Siempre parecía salir de la nada, casi al instante en que la pensaba como si invocara su presencia, y eso lejos de molestarlo, le agradaba, por obvias razones.
Pero esta vez había algo raro, ella limpiaba su rostro con un pañuelo. No notó que él estaba del otro lado de la calle, más bien, no parecía estar pendiente de lo que pasaba a su alrededor.
Con preocupación Jaebeom cruzó y fue con ella, aún teniendola a unos metros de distancia ella no lo vio. Entonces él tomó un pañuelo de su bolsillo y se acercó.
—¿Estás bien? —preguntó tendiendo el pañuelo.
Cuando ella lo volteó a ver sus ojos brillaron el lágrimas y su rostro se sonrojó más de lo que la estaba.
—No, es decir sí. N-no pasa nada —respondió ella limpiando su rostro con brusquedad y aún sin aceptar el pañuelo—. ¿Qué haces aquí? Creí que...
—Quien quiera que te haya dicho que te ves linda llorando, estaba mintiendo —interrumpió acercándose para secar sus lágrimas con el pañuelo—. Una sonrisa queda mil veces mejor en ti —Maddie sonrió agradecida por el gesto—. Te lo preguntaré de nuevo ¿estás bien?
Ella lo miró por largos segundos debatiendose internamente, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y apartó la vista de inmediato. Molesto por verla en ese estado, Jaebeom la tomó de los hombros y la abrazó fuertemente, deseando terminar con su llanto y tristeza con esa acción.
No supo cuánto tiempo la mantuvo pegada a su pecho, oyendola sollozar suavemente y sintiendo sus pequeñas manos aferrarse a él silenciosamente.
Hasta que Maddie se separó y sorbió un poco la nariz avergonzada por lo anterior.
—Lo siento mucho, no debí tomar esa libertad, yo...
—Definitivamente prefiero escucharte reír —cortó Jaebeom sonriendo—. No me cuentes nada si no quieres, pero debo decirte que seré una tumba si tampoco dices nada de lo que ocurrió anoche.
Maddie lo miró sorprendida.
—¿Recuerdas lo de anoche?
—Recuerdo a la chica de mis sueños, que por supuesto, también es llorona —rio un poco para ocultar su miedo.
—Pero...
—¿Quieres ir a casa? Creo que es momento de que conozcas a Nora. Tengo ramen —ofreció sin dejarla continuar.
Jaebeom no sabía qué había pasado para que Maddie llorara de esa forma, pero era seguro que no quería verla ni mucho menos imaginarla así de nuevo. Ahora se ocuparía de hacerla olvidar el mal rato en compensación por su compañía en la noche anterior.
Jaebeom realmente estaba destrozado cuando la llamó estando ebrio, Maddie aún así lo acompañó e hizo mucho por él. Así que tampoco la abandonaría en un momento difícil.
¿Creen que el cacas esté cediendo?
Tengo dudas respecto al final y ando con los nervios de punta.
Quería decir algo, bueno lo escribí pero fue muy largo y me dió vergüenza. Aún me sigue dando pena.
Pero bueno, que estén muy bien. Hoy sale la canción de Markitos y creo que me la voy a perder. Mañana madrugo.
Les quiero ❣️
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I'm Not Invisible! [임재범]
FanficUna promesa. Una decisión de no volver amar. ¿Qué sucede cuando alguien interfiere en sus planes? Jaebeom tuvo que perderla para entender que ella era la indicada. ¿Qué tan lejos tiene que llegar ahora para darse cuenta de que es demasiado tarde? AN...