Capítulo Veintitrés

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Pasaron un par de días desde la última vez que Jaebeom vió a Maddie. Luego de ver a un buen médico y que su salud mejorara, él perdió todo tipo de contacto con ella.

Jaebeom no sabía exactamente por qué estaba tan molesta, claro la besó, y fue estupendo, digo, estúpido, pero debería haber algo más ¿no? Cuando Diana lo besó él no se molestó, al menos no así.

Maddie no llamaba ni mandaba mensajes como antes y el chico era demasiado orgulloso para levantar el teléfono y marcar. Algo tenía que hacer, se sentía culpable y no quería quedar mal con ella cuando apenas estaban empezando a conocerse.

—Ya, Im Jaebeom.

El pelinegro vió a su lado el molesto rostro de Bang Chan. Hasta que cayó en cuenta sobre cómo lo llamó.

—¿Qué dijiste, idiota?

—Que Yugyeom acaba de decirte que puedes ir a casa. ¿En qué estás pensando?

El chico miró al otro lado del lugar y se encontró con la mirada preocupada de Yugyeom. No se dió cuenta cuando le hablaron.

—Le comenté al jefe que sigues un poco enfermo y dijo que puedes salir temprano —repitió el menor lo que ya había dicho.

Pero Jaebeom negó.

—No es necesario, me siento mejor y puedo trabajar bien.

—Yo lo tomaría —opinó Chan—. Podrás recuperarte más rápido e ir con esa chica que te ayudó cuando agonizabas solo en casa.

—No estaba agonizando, solo fue un leve resfriado.

—Sí, claro —murmuró Chan recordando haber oído que su amigo ya se daba por muerto.

Jaebeom recogió la última mesa y dejó las cosas en la barra. Suspiró y volvió a sus amigos, pero antes de poder decir algo más, su mirada siguió a la cabellera negra que pasó frente al Café. El gran ventanal le permitió identificar a Maddie como la chica que se alejaba poco a poco sin siquiera mirar al interior del establecimiento.

—Pensándolo bien... Cof, cof —se quitó el delantal del uniforme y se lo tendió a Chan—. Este resfriado es terrible, me iré a casa a descansar un poco. Gracias por todo, chicos.

Dejó su libreta donde tomaba las  órdenes sobre la barra y corrió a la parte trasera por sus cosas, tomaría la puerta trasera como atajo para alcanzar a la chica.

—¿Creíste algo de lo que dijo? —indagó Chan a Yugyeom.

—Por supuesto que no, sabes que Hyung no es bueno mintiendo.

Jaebeom corrió unos cuantos metros hasta que logró alcanzar a Maddie antes de llegar al parque. El chico se colocó frente a ella y sonrió con la respiración entrecortada.

—Hola —saludó él, ella lo miró un poco sorprendida pero le devolvió la sonrisa—. Qué sorpresa, es bueno verte.

—¿Me seguiste desde el Café? —preguntó Maddie con los ojos entrecerrados.

—No. Solo iba pasando y te ví. No hay nada de malo en eso ¿o sí?

—Eh, no pero...

—¿Tienes tiempo para un paseo? —interrumpió con timidez rascando su nuca y bajando la mirada.

—¿Ahora? —él asintió— No lo sé, justo iba a... —lo miró levemente sonrojado y pensó que no había nada más lindo en ese momento— JB, no... ¿Tomará mucho?

—Lo necesario.

—¿Necesario para qué?

—Para que me perdones.

I'm Not Invisible! [임재범]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora