[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]

[9] Lo que dividen, más nos une

—Te veo angustiado—fue lo que dijo la joven al ver a su compañero sumido en sus propios pensamientos, mirando simplemente el mar—; no permitas que la pena te agobie. No solo tú has perdido algo importante.

—No lo entenderías.

—¿Crees que perder a Kero o a Regulus no es nada? ¿Acaso piensas que no me duele saber que Kardia, Deuteros, Manigoldo o Dokho se encontraban en ese lugar donde ocurrió la explosión? —la chica puso las manos sobre la amura de la embarcación—; no eres el único que pasa pena por ello. Los espectros perdieron a su dios y Aspros a su hermano gemelo, su único pariente.

—¿Acaso tienes lastima por ellos? —increpó Shion, frotándose las mejillas a causa del leve llanto.

—Tienen corazón, y su alma alberga la tristeza, aquello les consume.

—Actúas como si eso fuera tu culpa—el lemuriano se subió la capucha para cubrir su rostro, el frio era abismal, aunque se preguntó cómo es que Alhena podía aguantarlo—, aunque no comprendo porque te apiadas de alguien como Aspros. Él jamás ha sido alguien de fiar, no después de las cosas que hizo y de las cuales seguro no tienes idea.

—Yo no pienso juzgar a alguien que no conozco, yo solo veo a un hombre servidor de Athena, su forma de ser o sus acciones son cosa de él—defendió la castaña, su mirada era calmada, pero a la vez sentía la necesidad de que todo fuera un sueño—. Aspros puede ser cruel y sin un sentido de amor al prójimo, pero es el que menos me ha dañado, es esa persona que a pesar de todo entiende mis males.

Shion solo frunció levemente el ceño, más convencido de que seguramente Géminis utilizó alguno de sus poderes para cautivar y controlar a Alhena, la cual parecía muy amable y considerable con alguien que alguna vez fue un gran enemigo para el Santuario, para alguien que manipuló cobardemente a un hermano para dar un golpe de Estado a su líder. Y era eso lo que más le molestaba a Aries, que la chica que aún amaba se viera cautivada por un cretino como Aspros, ese idiota que no merecía la preocupación ni simpatía de una persona, menos de una mujer que parecía molestarse cuando hablaba mal de su persona.

El mar parecía querer advertirles de una tormenta, pero les pareció normal a todos pues desde que salieron del puerto no había momento en que las aguas se calmaran salvo por la densa niebla que se formaba por largas horas y grisáceo cielo que perduraba todo el día. Aquello solo provocaba una sensación de mucha pena, nostalgia y hasta cierto temor.

—Eres como Agasha, se familiarizan con las personas equivocadas.

—Deja de juzgarlas—refutó Alhena al ver disimuladamente cómo es que su amiga parecía mantener una ligera discusión con aquel hombre alto y de cabello plateado, el cual de hecho manifestaba una sonrisa muy burlona—. Entiendo que tuvieron muchos problemas en el pasado, lo sé, pero eso ya pasó, ¿no pueden dejar de lado el resentimiento? Si sus dioses hicieron una tregua ¿Quiénes son ustedes para criticarlos?

—Athena no ha hecho ninguna tregua.

—Yo siento que sí, no lo sé, cosas de dioses, digo, sino ellos hubieran atacado, sino ellos no nos hubieran salvado cuando los titanes hicieron añicos el Santuario.

—No confundas las cosas, Alhena.

—No, tú deja de manifestar ese rencor, por favor Shion, demuestra que eres más que eso—interrumpió alzando la mano para silenciarlo—. Cuando te conocí, sentí que eras el hombre más noble y educado, sentí como si fueras algún ejemplo a seguir..., sentí que eras diferente porque siempre te preocupabas por mi y eras muy agradable.

—¿Y ahora no lo soy?

—Ahora las cosas han cambiado, estás mucho más renegón que Manigoldo o Kardia.