[32] Corazón humano

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El silencio fue tan...hostil.

Jamás en su vida había odiado el silencio por más que quisiera estar encerrado en un mundo donde nadie lo jodiera con tan siquiera un estornudo, pero en esa ocasión necesitaba al menos una risa. Sin embargo, no pudo pasar más tiempo en esa sala porque fue expulsado de allí y sellado para una charla a puertas cerradas con todas las deidades y Pandora pues era el deber y derecho de ella en estar allí.

A pesar que intentó, después de ver a Alhena salir del templo, hablar con ella, Catalina fue muy dura y exigente al ordenarle permanecer con los demás caballeros y no saliera de allí hasta que ella misma le diera el permiso. Aspros se embargó de tantos miedos y preocupaciones, ¿qué pasaba con Alhena? Se veía tan diferente, tan...hostil, ni siquiera podía sentir su presencia y, cada vez que quería salir de ese lugar, parecía que el acceso se le hubieran vetado.

—Es inútil, Catalina dijo que es por tu bien y no quiere que cometas alguna tontería—dijo Sísifo limpiando su arco de oro—. No insistas, deja que ella maneja la situación ¿de acuerdo? Confía en sus decisiones.

—No tengo respuesta de lo que pasó con Alhena—contestó muy enojado mirando a través de la ventana—. Llevo dos días aquí y no sé qué está pasando.

—Parece que es cierto—intervino Deuteros viendo a su hermano muy nervioso—; Hades y Alhena se han unido por lo que se siente su cosmos más...abrumador. Es como ver al mismo dios de la guerra santa.

—Krista dijo que vendría con noticias, pero no la he visto desde que fue enviada a asistir a Agasha—Sísifo dejó de pulir sus objetos para volver la mirada hacia su amigo—. A mí también me preocupa lo que está pasando, a Catalina mucho más porque al parecer es la única que prefiere tener a Alhena con nosotros que ver a Hades dentro de su cuerpo.

—Creo que hay algo más aquí—Aspros estaba mucho más nervioso observando algunos de sus compañeros hasta que visualizó a Shion y una idea cruzó en su mente—. Claro, cómo pude haberme olvidado de eso.

Había preguntas en su mente fluctuando a tan mayor escala que le provocaba fuertes dolores de cabeza a un grado severo de modo que salió tan pronto de la habitación para ir corriendo a su encuentro con el joven lemuriano dejando a su hermano y su mejor amigo solos en la habitación donde fueron recluidos. La angustia era un arma dolorosa, pero no saber nada era más tormentoso y si el Patriarca Sage o Hakurei no iban a decirle nada de lo que quería entonces había una persona que posiblemente le daría las respuestas.

En el patio del templo, Shion de Aries se mantuvo quieto, mirando el escudo que parecía un cielo bajo el océano. Estaba muy calmado y a la vez demasiado perdido hasta que se dio cuenta que la presencia de Aspros estaba a pocos metros de su persona, casi perdió la cuenta de las veces que ese hombre lo tomaba desprevenido, pero desde que lucharon en la superficie ya no habían intercambiado palabra alguna, menos ahora que se había entendido de la procedencia de Gael. Simplemente estaba tan confundido con todo lo que pasaba y no comprendía la razón de Athena con respecto a esperar la decisión de la suerte de ese bebé, aunque en cierta parte un rayo de luz se alojó en su pecho de saber que tal vez tendría una oportunidad con Alhena, pero desde que despertó, el mal auguro estaba sobre ellos.

—¿Qué es lo que necesitas? —indagó el ariano dejando de mirar el cielo—. ¿Quieres que repare a Géminis? Debes esperar hasta que Athena me permita hacerlo.

—Tenemos que hablar, es importante.

—¿Desde cuándo deseas platicar conmigo? ¿Qué asuntos tienes tú con mi persona?

—Alhena.

Ese nombre provocó en el joven un ligero palpitar en su pecho. Su seriedad y depresión cambió ligeramente al recordarla, los momentos que había pasado con ella, de lo que podía haber sido si no fuera tan cobarde. Ella sería su mujer y la protegería de todo, pero...con la situación actual, las cosas eran diferentes.

[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora