[10] Yo soy tú, y tú eres yo

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No estaba furiosa, tampoco desestimaba su gran disconformidad con lo que había sucedido pero de alguna manera u otra necesitaba aplacar la ira que albergaba en su corazón especialmente cuando se dio cuenta que sus planes se habían torcido, encima de ello dejó escapar a sus presas.

Sus dos hermanos intercambiaron miradas, no de desaprobación, pero sí de preocupación pues era bien sabido que Rhea era la que más compostura y sensatez había demostrado hasta el momento entre todos los jóvenes titanes. La mujer había masacrado pequeños pueblos sobrevivientes, se dio un festín en carne y sangre de gente que no tenia ni idea de lo que se trataba toda esa riña.

—¿Alguien va a calmarla? —indagó el niño de cabellos azulados llamado Okreainos—. Terminará de desaparecer parte de este mundo y así no encontraremos lo que se nos ordenó.

—Dejemos que lo siga haciendo—comentó un hombre bastante calmado, mirando desde los cielos el gran incendio del pueblo—, Rhea puede mostrarse ofendida y no estamos en posición para luchar entre nosotros.

Hyperion suspiró tras protegerse con su armadura de las enormes rocas que salían despedidas del suelo a causa del choque del poder de Rhea, tal vez pudo siquiera comprender lo que sentía, pero tampoco aprobaba que se saliera de control de esa manera como para llamar demasiada atención, más a esas alturas de la vida no tenia caso seguir negando la presencia de los titanes en el Siglo XVIII

—Es una rabieta, tal y cual es la naturaleza de los niños.

Los dos titanes giraron al cabeza hacia la entidad que había aparecido detrás de ellos, ese misticismo que lo envolvía no dejaba de causar intriga en los demás titanes pues no trataban mucho con aquel sabio que solamente aconsejaba a Rhea para tomar decisiones en la guerra.

—Es lo mejor para ella, liberar ese estrés..., simplemente parece una hermosa muñeca en un gran paisaje artístico—miró con cierta alegría, fascinación—. Los caballeros y espectros serán como marionetas en esta hermosa obra de teatro.

—Tus expresiones son incómodas, no planees usarnos, viejo charlatán—Okreainos se elevó a la altura del misterioso hombre—. No sé de dónde te conoció Rhea pero no pretendemos obedecerte, si algo no nos parece lo apropiado tenemos el derecho a poner en duda tu juicio, solo eres un concejero, no te atribuyas otro tipo de derechos.

Okreainos chasqueó la lengua al notar que el sujeto se reía de sus palabras lo cual lo tomó como una ofensa más no se rebajó a discutir con él, era poco elocuente demostrar más de lo que era debido dado que solo provocaría que se suscitara muchos más problemas.

—Es seguro que Rhea quiera iniciar el ataque, los soldados están listos para invadir esta dimensión—comentó Hyperion sin apartar la mirada del sujeto—; pero lo considero inoportuno por el momento.

—Es lo que tú crees, pero Iapetos solo quiere venir a este mundo para acabar con todos los humanos—el niño masculló—. Kreios y Phoibe también están a la espera de atacar.

—Demasiado pronto para traer el ejercito—intervino el misterioso hombre—. Recuerden que aun les hace que Thethys aun no llega a este mundo, tienen que estar todos juntos para evitar alguna duda cuando se enfrenten a sus rivales, además según la leyenda, ella es tu esposa.

—No digas tonterías, ni siquiera sé quién rayos es ella.

—Lo que el sabio dice es verdad.

Los dos titanes miraron hacia la mujer que al parecer calmó su ira, a pesar de no llevar su característico traje, se podía sentir que estaba terriblemente furiosa. Rhea solo se acercó al menor, lo cogió del cuello con cierta brusquedad.

[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora