[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]

[36] El corazón del espectro

-Es la conclusión que llegué-dijo Radamanthys rodeándola con el cinto para ajustarle la túnica semi larga que le llegaba hasta los muslos. La chica gruñó por lo bajo-. Deberías dejar de comer tanto por las noches, estás un poco gruesa.

-Estoy en mi etapa de crecimiento-contestó algo enojada viéndose al espejo-, luego te preguntas porque Pandora te quiere dar cachetadas. Nunca le digas a una mujer que está gorda o rellena o gruesa, eso ofende.

-Ella es más alta que tú así que no se nota, ¿Cuántos años dices que tienes? ¿dieciocho?

-¿Y tú? ¿Cuarenta? Ya estas viejo

Radamanthys tan solo se desquitó de esa insinuación cuando entrenzó el largo cabello causando a la chica que soltara un gemido de dolor. Quería insultarlo o patearlo, pero debía de mantener la cordura y recordar que a pesar del tiempo, ese rubio hombre era como su padre, y debía de mantener esa alma y espíritu; casi pudo contener la risa al imaginarse como es que él reencarnó siendo castaño y no rubio, al menos Pandora mantuvo su hermoso cabello oscuro, aunque claro que la mujer que realmente era su madre manifestaba tanta amabilidad, amor y paciencia, y no como la dama del Inframundo que parecía que en cualquier momento le arrancaría los ojos por culpa de los estúpidos celos.

-Kagaho también lo dijo-cambió de tema la chica cuando él dejo de tocarle el cabello, se sentó para ponerse las botas de cuero encima del pantalón oscuro-. Eso fue la Balanza de la Maldición entonces-él asintió tras entregarle el saco-; ¿y estás seguro de eso? Es decir, me encantaría aclarar que soy Hades y que dejen de armar planes a mis espaldas como si los espectros fueran perros.

-Trata de entender que no puedes ir dándole compasión y cariño a los demás, no estamos en la tierra. Este es el Inframundo, Alhena-aclaró Radamanthys siendo serio por lo que la chica tan solo se frotó la nariz, casi imitándolo con esa pequeña manía que él también poseía en momentos incómodos-. Pero tienes razón, si vamos a seguir así ten por seguro que ellos te encerraran en alguno de sus mundos.

-Así como lo hicieron con Alone ¿no? -él asintió, ella enlazó el látigo a su brazo ocultándolo debajo de su saco-; bien, si eso es lo que hay que hacer, no dudaré, iré a verlos aun así me nieguen todo.

-Yo no podré acompañarte, la única que aún tiene ese permiso es Pandora.

Alhena suspiró realmente agotada, lo que menos quería era el enfrentarse visualmente o con indirectas con la que podría decirse era su madre, más quería evitar los roces con esos dioses. No fue fácil hacer hablar algunos soldados que directamente culparon a tres espectros sobre lo que hicieron a Minos, desde luego, ellos fueron invitados a ejercer esa atrocidad a manos otros; ella se llenó de valor, mantuvo esa mirada fría a como diera lugar y al ser escoltada por Radamanthys hacia la mitad del camino, Pandora yacía lista con un sugerente vestido negro lo cual dejó callados al varón y la chica.

-Señorita Pandora, le encomiendo su seguridad.

-Ella se delatará por sí misma, si no sabe actuar eso ya no es mi problema-respondió fríamente sin importarle en demostrar su bella figura en esa seda negra, Alhena podía hasta verle los pezones-. Di mi palabra que no iba a decir la verdad porque si mi señor Hades le dio ese permiso de tomar su puesto es por alguna razón.

-Oigan, no hablen de mí como si no existiera.

La chica se cruzó de brazos indignada por esos dos que parecían comerse con la mirada. No era ajena que Radamanthys estuviera tan colorado por esa bellísima mujer, y ella tan orgullosa como una diosa no le importó inclinarse más para dejar a la vista sus preciosos senos.

-Las esperaré aquí-dijo él tras desviar la mirada algo sonrojado-, cualquier cosa, solo eleva tu cosmos, Alhena.

-Solo mantendré una charla, nada más, no haré nada del otro mundo. Lo prometo.