[11] Levantamiento

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A lo lejos podía oír las olas del mar, casi golpeando las rocas de algún arrecife. Apenas podía darse cuenta que su cuerpo estaba sobre algo cálido y duro, aunque la humedad que sobrecogía sus pies fue la que le hizo temer. Así mismo el olor de madera quemada, a mar y carne podrida solo causó que la chica temiera al despertar, más tuvo que hacerlo.

El cielo opaco y las nubes grises le causaron temor, no podía moverse por lo que solo el uso de sus ojos era su única alternativa.

—¿Puedes ponerte de pie? —preguntó el varón, a lo que ella giró su cabeza y lo vio sentado, mojado pero con su expresión calmada. Ella negó parpadeando lentamente—. Es lo que pensé, te has quedado al borde de tu cosmos, es seguro que recuperaras la movilidad cuando reposes.

Se sentía extraña, no supo cómo definir, si se trataba de algo calmado y orgulloso, o un sentimiento de suma tristeza y venganza, pero ya no podía oír a esa entidad después de que pactaran el préstamo de su poder.

—Es difícil explicarlo, pero tenemos que movilizarnos, no es seguro estar en esta playa—el varón se quitó su saco y envolvió a la chica—. Perdimos todo contacto con los demás, así que trataremos de ubicarlos.

Radamanthys se acercó a Alhena y la cargo entre sus brazos, demasiado pesada la sintió más no pudo encontrar alguna explicación para lo ocurrido, especialmente porque esa chica había roto cualquier esquema y concepto que tenía sobre ella, su determinación y sus acciones solo le confirmaron que esa mujer tenia un lazo muy estrecho con los titanes así mismo preguntándose tal vez la razón del porqué ella estaba justamente allí. Por otra parte, Alhena solo miraba al varón, no podía hablar, más aquello no le impidió sentirse al borde del llanto, ver la cara seria de ese juez provocó que su corazón latiera, que su cuerpo entrara en calor, que la sensación de protección calmara su espíritu agobiado, aspiró el aroma varonil del rubio sin importarle que eso se viera extraño y hasta incómodo para el juez, más Alhena solo necesitaba y buscaba sentirse a salvo.

—Necesitamos descansar primero, buscaré un lugar apropiado para pasar la noche dado que puedes morir congelada con este frio y la ropa mojada—dijo sabiendo que la chica le era imposible hablarle—. Tu condición será en corto plazo, si descansas lo suficiente podrás moverte, no temas por eso.

La chica cerró los ojos y emanó un largo suspiro; el rubio siguió caminando sobre la arena, evitó mostrarle el panorama a la chica y él mismo evito pensar en ello, especialmente porque fueron arrastrados por las corrientes del mar hasta llegar a tierra firme, provocando que se separaran del grupo sin saber si ellos también llegaron a mar. Pero Radamanthys seguía aun absortó y con las dudas, siendo que encerrar a un gigante les fue una tarea bastante caótica y esa chica solo asesinó a Tifón de un solo golpe, claro que el pago de esa acción fue el brazo quemado y terriblemente lesionado. Tal vez ella misma se indujo a ese extremo de la parálisis para evitar el dolor desgarrador.

Caminaron por lo que parecía ser el puerto, había un pequeño bosque que solo alojaba el silencio tal y como había en las pequeñas casas, él se preguntó que había pasado con los pueblerinos, pero no se extrañó que seguramente murieron, en especial al notar charcos de sangre en algunas casas y caminos. Siguió su rumbo, cansado y a la vez con hambre, la chica pesaba mucho más de lo que hacia media hora se sentía, más llegó a ver una casa medianamente acogible, y segura así que fue con Alhena a ese lugar, y lo que vio solo provocó que la menor llorara en silencio.

Era el cadáver de dos niños y un pequeño perro. Radamanthys apegó más a la chica hacia su cuerpo para consolar la angustia y a la vez sabiendo que no era buena idea estar allí.

—Seguramente en algún momento comenzaran a moverse, ya sabes que el Inframundo está colapsando y por ende los muertos están divagando el mundo de los vivos.

[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora