[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]

[31] Somos uno

—Estoy seguro que pronto estará con nosotros—le animó Sísifo a lo que ambos seguían viendo a Athena usando a Niké a ver si lograba alguna reacción por parte de la chica—; cuando se levante tendrás que pedirle que se corte el cabello, le quedaba muy hermoso el castaño, pero el negro también le asienta bien.

Aspros solo veía el cuerpo desnudo de su novia sin emitir alguna reacción, ni siquiera podía saber si estaba respirando o si su corazón latía. El único cambio que vio en ella fue la abundante caballera que le había crecido mucho más y el intenso color negro que parecía la misma oscuridad de la noche; deliberadamente vivía angustiado desde que abrió los ojos para saber la realidad en que su amada vivía sumida a ser la vasija de un dios, la sola idea de que ella no volviera a él era una pesadilla latente, así como soportar a Thanatos o a Hypnos que, gracias a Athena, no se encontraban en la habitación.

—Aún puedo sentir el cosmos de Hades—dijo Catalina al bajar el báculo—, Kerberos respira y tiene pulso así que puedo decir que Alhena sigue viva.

—¿Cuánto tiempo nos tomará para que abra los ojos?

—Después por lo que ha pasado no esperes que se despierte—la mujer miró con pesar al alto hombre que estaba frente a ella—; entiendo que la amas tanto y puedo decir que es la mejor cura que puedes darle, pero no sabes lo que pasará cuando despierte. Ustedes saben que vengo de la misma época de Alhena así que como médico que era en mi mundo les puedo afirmar que está bien físicamente. No tengo los instrumentos que me llevaría a demostrarles, pero lo más básico se puede apreciar a simple vista.

—¿Qué pasaría con ella si vuelve a su mundo? ¿Es posible que en sus condiciones lo haga? —indagó Sísifo pasando la mano sobre el hombro de Aspros.

—Simplemente morirá—respondió tocándose la frente—. Me sigue causando molestia que muchos creen que si ella muere va a volver a su mundo, eso es un error, si alguno de los que venimos de otro mundo y morimos entonces nuestras existencias serán erradicadas de la historia; esa es la condición de nosotros los contenedores.

—Es una maldición.

—Sí, pero mientras yo sea un contenedor de la diosa Athena puedo hacer todo tipo de cosa como una mujer normal—sonrió con cierta arrogancia, abatiendo una mano sin dejar de mirar a los dos varones—. Ya les dije, seré una amiga para ustedes y no pretendo que me vean como una damisela en apuro, quiero ser tan útil como ustedes y que me enseñen a luchar.

—Diosa Athena, creo que es imprudente que tome esas decisiones cuando nos tiene a nosotros para protegerla—dijo Aspros seriamente, aunque no pudo evitar ver la ropa que traía encima la chica. Unos pantalones negros, botas de cuero, blusa blanca y el cabello recogido—, y deje de vestirse como un varón. Usted es una dama.

—Aspros, hablas como si fueras un anciano, no sé cómo pudo soportarte Alhena, aunque seguro te gustaba verla sin ropa ¿no? —se burló la chica causándole un sonrojo terrible al varón—. Te ves muy tierno cuando estás sonrojado—supo que su comentario causaba nerviosismo al griego peliazul y cierta incomodidad a su actual pareja—; tengo tratos con Athena, mientras cumpla su voluntad soy libre de hacer lo que mejor me parezca y, si ustedes estuvieron acostumbrados a ser héroes de una mujer, olvídense que eso funcionará conmigo. He vivido casi toda mi existencia defendiéndome de los demás por lo que no aceptaré que ustedes me protejan, ¿entendido?, véanme como si fuera su amiga—se llevó una mano hacia su mentón—, bueno, cuando estemos ante personas que no sean ustedes, sino el Patriarca me recordará que no debo alterar la historia.

Sísifo y Aspros sabían que esa joven era bastante atrevida, tenía un fuerte carácter y muy opuesto a lo que alguna vez fue Sasha por lo que al caballero de Sagitario le hizo pensar la razón del porque su diosa escogió entre tantas humanas precisamente a una mujer como Catalina que, al parecer, poseía un interés en dominar a los hombres y romper las reglas sin importarle los regaños, tal vez por eso Hakurei y Sage trataban de lidiar con ese pensamiento tan "revolucionario", aunque en cierta parte era como ver a Kardia y Manigoldo haciendo sus diabluras para provocar escándalos.