[19] Misión

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Él se mantuvo a la espera de terminar su jornada, se quedó sentado desde lo más alto del castillo para pensar un poco lo que ocurrió el día anterior, desde luego se sintió raro porque esa fue su primera discusión de pareja que casi termina por hacer algo fuera de lugar. Sonrió con cierta amargura, si no hubiese estado el enano ese, quizás callaría a la histérica de su chica sobre la cama para que dejara de decir tantas tonterías.

Era imposible no negarse que ese comportamiento salvaje lo atraía poderosamente, que ese pequeño cuerpo de niña lo volvía loco y que todo lo que dijo con respecto a su físico fue una tontería de su parte con el fin de hacerla enojar más, porque ella no solo le encendía el deseo sexual sino también provocaba que su corazón palpitara aceleradamente, eso le causó más que gracia e ironía. Nunca pensó que alguien iría a removerle esos deseos, ni siquiera cuando tuvo un primer amor, deliberadamente ese pasado no se comparaba con su presente hasta olvidó cómo se llamó la musa que lo condujo a experimentar a tan temprana edad el mundo del sexo y amor; no obstante, con Alhena, las cosas eran completamente diferentes y le daría la lección de su vida para que dejara de ser tan berrinchuda y no sacara ideas absurdas sin haberlo aclarado primero.

Aspros de Géminis siguió mirando el alrededor, la brisa de esa mañana golpeó su rostro y removió su larga melena azulada, sus ojos hermosos se aseguraron de que todo estuviera en orden más algo diferente pudo percibir, algo que no conjugaba bien con el medio que no podía explicar en su totalidad hasta que una silueta se acercaba a él desde la parte inferior del castillo.

—¡¿Dónde está esa mocosa del demonio?! —rugió el hombre que había usado su cosmos para saltar desde la base a la superficie de la mansión—. ¡Dile que venga aquí!

—¿Qué es lo que quieres espectro?

—Esa chiquilla debe saber adónde ha ido Agasha, dime donde rayos está.

—Yo no he hablado con ella desde anoche, no sé dónde esté—se cruzó de brazos bastante serio—. Tal vez tu noviecita esté por alguna parte del castillo, busca primero antes de armar un escándalo.

—No la buscaría si no fuera por esta estúpida nota que encontré esta mañana en la cama de Agasha—le lanzó el papel para que él mismo comprobara lo que leía, hecho que dejó inquieto al varón—. ¿Dónde se la llevó a la florista cuando apenas puede caminar? ¡Esta con un difícil embarazo!

Aspros no daba crédito a lo que leía, una nota de su chica avisando que estaba cansada de seguir en el castillo sin hacer nada útil. Advirtiendo que se llevaría a la florista pues ese bebé debía de nacer en un mejor lugar. Pero el temor llegó con mayor fuerza cuando Asmita se comunicó vía cosmos con él de una manera inquietante, preocupante y de mayor preocupación pues se habían reunido urgentemente en la biblioteca del castillo, pero, sobre todo, los que estaban al frente de la resistencia estaban más que alarmados por lo que había acontecido.

Aspros y Minos descendieron e inmediatamente caminaron hacia el lugar donde Virgo les señaló, aunque el caballero de Géminis estaba más que perturbado por lo que había leído así que sin pedir permiso o anunciarse, abrió las puertas de esa biblioteca sin ninguna clase de cuidado a tal punto que casi se la derriba.

—¡Eso no es posible! ¡No puedes sacar ese tipo de conclusiones sin una prueba fehaciente, Calvera!

Kardia estaba frente a la hermosa dama con una expresión altanera que, de no ser por Degel, hubiera provocado alguna imprudencia mayor. El resto yacía de pie, algunos con una expresión de amargura, otros de decepción y algunos como Escorpio no tenían más que refutar lo que había acontecido.

—Son los tesoros que mantuvimos escondidos para su protección—dijo la diosa manteniendo su postura original—. Me alegra verte aquí, caballero de Géminis, como el protector de esa muchacha debes saber a dónde debió haberse escapado.

[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora