Gigil - Vhopekook

Primer problema

Preparen los pañuelos

—¡Joder, Nam!—HoSeok golpeó inútilmente las puertas del ascensor para intentar persuadir a su amigo omega de dejarle entrar y salir de aquel piso donde se encontraba.

Miró la pequeña pantalla sobre el elevador observando como los números iban cambiando indicando los pisos por los cuales iba pasando.

Suspiró frustrado y dio media vuelta notando las miradas de extrañeza que había atraído. Era raro, HoSeok sabía que no muchos trabajaban ese día pero por alguna razón el piso donde se encontraba la oficina de TaeHyung estaba lleno de personas caminando de un lado a otro.

—Oye, disculpa.—Detuvo a una mujer que se encontraba mirando unos papeles mientras caminaba frente a él.—¿Porqué tanto alb-

—¡Por fin llegas!—La mujer le interrumpió.—Lleva esto a la oficina de Kim y dile que son todas las correcciones que pudimos hacer.—Dijo mientras le daba los papeles y se encaminaba rápidamente al ascensor.

—¿Eh? No, espere.—El pelirrojo intentó alcanzarla.

—¡Date prisa o se enfadara más!—Gritó la mujer apretando el botón del ascensor.

HoSeok se quedó de pie con los papeles sobre sus manos y miró atrás, en medio de toda esa gente, pudo distinguir la elegante y no tan pequeña oficina de TaeHyung.

Tragó saliva y caminó hasta ella. No sería tan difícil, ¿cierto? solo tenía que dejar esos papeles y se marcharia lo más rápido posible.

Giró el pomo de la puerta y observó que TaeHyung se encontraba de espaldas hablando con quien sabe quien por el celular.

Perfecto. Pensó HoSeok y dio pasos lentos hasta el escritorio de su mayor. Sería sencillo, entrar y salir, sin miradas ni conversaciones incómodas.

Dejó suavemente los papeles sobre el escritorio con cuidado de no hacer ni el más mínimo ruido y cuando estos estaban ya en su lugar, se dio la vuelta y caminó hasta la puerta, celebrando mentalmente su victoria contra el ruido.

—¿Qué haces aquí, HoSeok?—Escuchó la grave voz de su hyung y cerró los ojos lamentando su existencia.

—Ah...—HoSeok se volteó pausadamente logrando ver a TaeHyung con los brazos cruzados de pie detrás del escritorio.

—¿Y bien?—El rubio preguntó mientras alzaba una ceja.

—Yo...—HoSeok meditó: ¿se vería muy mal si salgo corriendo y renuncio? Deshechó la idea de inmediato y simplemente se enderezó respirando hondo.—Creo que hay que hablar.

—¿Tú crees?—Obvió el más alto mientras se recargaba en el escritorio.—Te estabas tardando.

HoSeok frunció el ceño.—Tú también pudiste haberlo intentado.

—Lo hice. Y por más que lo intenté, decidiste huir de mí y esconderte debajo del escritorio.

El alfa menor sintió como el calor subía a sus mejillas y sintió la vergüenza apoderarse de él.

—¿Lo sabías?—Murmuró mirando al suelo, de repente se sentía abochornado.

—Por Dios, apestas a miedo cuando estoy cerca. Ahora mismo puedo olfatear todo el miedo que sientes estando aquí, por eso te descubrí antes de que salieras. En realidad, lo sabía desde que llegaste, pero tenía un asunto que arreglar.

HoSeok enmudeció, ¿de verdad olía a miedo? ¿porqué demonios NamJoon no se lo comentó?.

—¿Y bien, qué estás haciendo aquí?—TaeHyung lo sacó de sus pensamientos.—¿Y porqué traes pijama?—Levantó una ceja confundido.