Gigil - Vhopekook

Mi cría

Había un par de cosas que preocupan a HoSeok en demasía, y era, sin duda alguna, perder a su bebé. Bien, no lo tomen a mal, HoSeok quería vivir y pasar el resto de su vida con plena felicidad a lado de sus alfas, pero era algo confuso, ahora tenía una cría dentro de él que crecía más día con día; ya no había marcha atrás, ahora estaba a poca semanas de dar a luz, su abultada panza era una prueba de ello, TaeHyung siempre trató de persuadirlo, mencionando que podrían adoptar y que no habría problema con ello; con JungKook fue distinto, decía que, después de todo, era decisión del gama y que no se opondría a ello. Por supuesto, recordaba a la perfección todas aquellas noches donde TaeHyung y JungKook discutían en la cocina, con el pensamiento de que HoSeok estaba durmiendo. Pero obviamente no lo estaba, hubo una vez donde logró escuchar a TaeHyung diciendo que jamás amaría a ese bebé si eso implicara perder a su pareja. Le dolió, dolió mucho, era claro que el alfa mayor estaba aterrado por toda la situación.

Afortunadamente, cuando HoSeok tuvo que hacer su primera radiografía, notó las lágrimas resbalando por las mejillas de sus alfas, de ambos, quienes miraban con adoración aquella manchita en la pantalla. TaeHyung amaría a su bebé, HoSeok lo aseguraba.

Pero ahora mismo, estando en su habitación mientras leía uno de los tantos libros que NamJoon había comprado para él, sus pensamientos fueron nublados por algunos negativos. ¿Morir por su bebé? ¿Él realmente lo deseaba? No lo sabía. Aún con la confusión que generaban sus pensamientos, sabía que ya no podía hacer nada más que permitir vivir a su cría. Mirar a sus alfas acariciando su estómago le hacían enfrentar sus miedo pero no duraban por siempre. HoSeok lloraba mucho todas las noches, cuando sus alfas iban a trabajar.

JungKook comenzó sus prácticas para la titulación, además de comenzar con su tesis. TaeHyung también estaba ocupado con nuevas ediciones de revistas donde él sería la portada, además de ser invitado para grabar algunos doramas, por suerte todo el escándalo no había afectado la carrera del rubio, aunque la gente no sabía la situación detallada. Las noticias señalaban las mordidas y el rango gama de su pareja, pero nada más. Nadie más estaba enterado de la cría.

La reacción de NamJoon ante su decisión fue... complicada. Nunca había olido de manera tan extrema el aroma a tristeza de un omega. Le rogó un montón de veces que lo pensara mejor y que, si quería, él mismo tendría a la cría que tanto deseaba; HoSeok no hizo más que sonreír tristemente y sostener las mejillas del omega mientras dejaba un suave beso en su frente que NamJoon supo comprender a la perfección, se echó a llorar mientras lo abrazaba fuertemente, disculpándose con él por haberlo dejado solo aquel día. YoonGi miraba la escena en total silencio, desde la puerta mientras TaeHyung y JungKook miraban hacia otro lado, reprimiendo las lágrimas.

Su madre no soportaba mirar siquiera a sus alfas, culpandolos por todo, pero HoSeok siempre le había dicho que la decisión nunca fue de sus alfas, sino de él. JiWoo volvió de Inglaterra para ayudarlo en lo que podía, decía que se aseguraría de que su sobrino tendría la mejor ropa del mundo y que lo cuidaría con todo su amor.

Era hora.

Tendría a su bebé ahora, se sentía... aterrado. Quizás esa palabra ni siquiera abarcaba todo lo que sentía, pero, sí que se encontraba con terror acumulándose en su ser. Iba a morir, él lo sabía, moriría por su hijo. En parte, eso lo hacía sentir graciosamente heroico.

—TaeTae, sueltame, tenemos que ir al hospital.

Se encontraban en la habitación mientras JungKook terminaba de cambiarse, TaeHyung lo abrazaba fuerte contra él, cuidando de su grande barriga. El alfa dejaba suaves lamidas sobre la marca en su cuello y acariciaba su cabellera con amor.

—Perdóname, Seok.

HoSeok suspiró.—Ya hemos hablado de esto, no tienes porqué disculparte. Estoy relativamente feliz.