CAPITULO 7

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Cuando salimos del taller Don se quedó mirando mi maquina.

- Aún funciona esta reliquia!!

- Casi tan bien como cuando la compraron – dice Peck

- No me extraña – dice Don acariciando el manillar    como si tocara a un animal salvaje, con miedo de que se rebelara a    su toque – esta moto prácticamente la hizo tu padre a medida para    tú madre, decía que no podía permitir que su chica anduviera con    ese cacharro verde y feo, que no imponía ni un poco de respeto y    que su dama tenía que ir acorde con su cargo – le veo sonreír de    lado y sé que está recordando con cariño esos momentos.

- Pues el cacharro aún lo tengo – le digo mirándole a    los ojos y veo como estalla en una carcajada

- No esperaba menos, nunca conoceré otra mujer que sea    como tú madre, ya podías regalarle lo mejor de lo mejor que si la    hacía feliz un cacharro ella seguiría con su cacharro hasta que no    pudiera dar un paso más.

- Bueno no veo que hay de malo en eso – abro la alforja    de cuero, saco las fotos y se las tiendo, comienza a pasarlas    despacio y puedo ver en sus ojos desde la tristeza a la alegría, la    añoranza y el dolor.

- Estas no son de las que me hablaste Peck – dice    pasándoselas, veo como las mira ahora Peck con cara de sorpresa.

- Estas no estaban con las de ayer.

- No, las encontré a la mañana en otro sitio junto con    esto – digo sacando el chaleco de mi madre y poniéndolo con el    parche bien a la vista sobre el asiento de mi moto.

- Joder – dice Max quien había permanecido callado    todo este rato – de donde lo has sacado? - hace el gesto de ir a    cogerlo pero no se de donde me sale el impulso y antes de que le    ponga un solo dedo encima ya he sacado mi cuchillo de su funda y se    lo he puesto sobre el cuello junto a su manzana de Adán, pero él    no se queda quieto y con la misma rapidez que yo saque el cuchillo    él puso un arma sobre mi cabeza.

- Ni se te ocurra tocarlo – digo sin darle la más    mínima importancia al arma que tengo sobre mi frente.

- Baja el arma Max – dice Don sin siquiera mirar para    él, levanta la boca del cañón hacia el cielo y la retira    despacio, yo no muevo el cuchillo hasta que levanta las manos y las    retira – este chaleco era el de tú madre, me permites? – dice    señalándolo para poder cogerlo, a lo que asiento con la cabeza.

Veo como lo voltea y observa sus parches, que Don lo tenga sobre sus manos no lo siento correcto pero puedo permitirlo porque sé que lo tratará con el respeto que se merece, pero que lo tocara Max después de hacer ese comentario no podía dejarle.

- Sabes lo que significan?

- Más o menos.

- Bien, por que no vamos a tomar unas cervezas al Club y    seguimos hablando.

- Perfecto – digo subiéndome sobre mi maquina y    esperando que ellos hagan lo mismo.



[...]

Cuando llegamos al Club veo que está en la puerta haciendo guardia Crow, no sé como reaccionar ahora con él, aparco y me bajo junto a Peck, Don y Max.

Vamos hacia la puerta y veo como se tensa cuando ve el parche de Don, asiente en forma de saludo a su Vice por que los otros dos pasan por su lado como si no hubiera nadie.

- Prospecto, limpia sus motos.

- Claro – dice asintiendo, veo que me mira y me dedica    uno de sus guiños baja bragas y se que todo está bien.

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