CAPITULO 38

1K 86 20
                                        




Después de siete días sin salir de la sede de los Cobras y sin tener noticias de Grek los ánimos están cada vez más caldeados, el ambiente cada día que pasa es más tenso.

- Seguimos sin saber nada? - le pregunté a Max cuando me    lo encontré en la cocina tomándose un café.

- No – esperé que siguiera hablando pero no volvió a    decir nada, me serví uno y me fui para la calle, vi a Pink sentada    en un banco en la zona de merenderos y me senté frete de ella a    disfrutar de mi taza humeante.

- Buenos días! - dijo con una sonrisa.

- Qué pasa preciosa! Qué haces aquí sola?.

- Pensando un poco.

- Se puede saber en qué.

- Estoy harta de estar encerrada entre estas cuatro    paredes – la miré algo sorprendida porque Pink no es de las que    se quejan.

- Qué te parece si salimos hoy por ahí? - vi como me    miró sorprendida por mi comentario.

- Se van a poner hechos una furia.

- Es lo que hay, no vinimos aquí para estar encerradas,    tenemos que hacer un trabajo y lo que está claro es que quedándonos    aquí no vamos a conseguir nada.

- Eso es cierto.

- Pues ves a cambiarte y nos vamos.

Pink se levanta y va hacia la puerta cruzándose por el camino con Logan que se dirige hacia mi mesa.

- Qué pasa preciosa?.

- Buenos días guapo – digo dejando un hueco a mi lado    para que se siente conmigo, coge mi taza de café y le da un trago –    ehhh! - digo dándole con la mano en el hombro, se me queda mirando    y pone su mano en mi nuca acercándome a él para darme un beso nada    tierno, para cuando nos separamos ya me falta el aire.

- Ahora si son buenos días – dice con una sonrisa,    "mierda que bueno está" - qué tienes pensado para hoy?.

- Pues acabo de decirle a Pink que se fuera a cambiar    para ir a dar una vuelta – veo como se le cambia el gesto de    relajado a serio – no estamos de vacaciones Logan, hemos venido a    cazar a ese cabrón no a pasarnos los días encerradas esperando un    movimiento suyo.

- Lo sé, pero no me gusta.

- Ya bueno, pero es lo que hay.

- A ver que dice tu tío.

- No te equivoques cariño, no estoy pidiendo permiso –    digo seria – tan solo os aviso por cortesía – en ese momento    comenzó a sonar mi móvil, miré la pantalla y era un número que    no reconocía, pese a eso podría ser cualquier hermana con un    desechable por lo que no podía dejar de contestar – Soulless.

- Qué tal va mi nueva marca? - era la voz de un hombre y    aunque tan solo había hablado una vez con él y me era imposible    reconocer su voz, sabía perfectamente quien me llamaba.

- Curándose – digo levantándome de la mesa buscando algo de privacidad – sabes que no te vas a poder esconder para siempre, verdad??.

- De momento no se me está dando nada mal, no crees.

- Eso ha sido hasta ahora porque teníamos presas más grandes que cazar, pero ya se ha abierto la veda para las ratas.

- Jajajajaja.

- Para qué me llamas.

- Sabes, me recuerdas demasiado a la zorra de tu madre, con esos aires de superioridad.

LUA   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora