CAPITULO 33

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Han pasado dos semanas desde que tenemos a Luka encerrado en la celda, no lo he vuelto a ver, estoy haciendo lo mismo que hizo conmigo, le llevo comida una vez por día, apenas un mendrugo de pan y papilla de avena, asqueroso, pero es lo que comí yo por mes y medio.

Sigo tocada con las costillas, pero el resto de mis lesiones van mejorando notablemente una vez me estoy alimentando bien, hoy por fin voy a coger mi moto después de dos meses sin montar y estoy ansiosa.

Cuando arranco siento como recorre mi cuerpo sus vibraciones, dejo por unos segundos que esa sensación bañe mi cuerpo, ajusto mi mano derecha sobre el acelerador y con la izquierda presiono el embrague, meto primera con la punta de mi pie izquierdo y acelero mientras voy soltando el embrague, voy rodando hasta la salida del recinto y según paso la puerta acelero dejando la marca de mi rueda sobre el pavimento.

No tengo rumbo ni objetivo, tan solo conduzco una vez más por la misma carretera que me conozco de memoria, el aire es frío y apuñala mis pulmones cada vez que inspiro, pero incluso eso lo disfruto, estoy viva y sigo en pie, no puedo pedir más.


Después de un par de horas dando vueltas decido que ya es hora de volver a la cruda realidad de qué hacer con Luka, dejar que se consuma en su celda o terminar limpiamente con su sufrimiento, tengo asuntos que atender y a una rata que encontrar, cuanto más tiempo retenga a Luka más tiempo retrasaré el encontrar a Grek, pero otra parte de mi exige sangre por sangre, dolor por dolor, encierro por encierro.

Me paro en el mirador que hay antes de llegar a la Casa Club, me bajo de la moto y me enciendo un cigarro de camino hasta la barandilla, miro el horizonte que tengo ante mí, puedo ver todo el pueblo y partes del lago con el que colindamos, puedo ver los maravillosos bosques que se extienden en todas las direcciones a donde mires y una sensación de paz se apodera de  mi, entiendo que mis padres eligieran este sitio para tener su familia, entiendo que cualquiera se sentiría agradecido de vivir en un entorno como este, pero a mi me fue negado cuando mataron a mi padre y mi madre tubo que huir y ese es mi objetivo real, saco mi arma, compruebo que esté lista, la coloco en mis riñones y le doy una ultima calada a mi cigarro antes de montar de nuevo en mi maquina.

Llego a la Casa Club y el ambiente se ve calmado, veo aparcadas las motos de Logan y Crow, "mierda no lo voy a poder aplazar más", no he tenido tiempo de pensar en esos dos aunque le dije a mi tío que hablaría con ellos no lo he hecho, no me apetece,  pero creo que de hoy no va a pasar.

Me bajo de mi moto y voy derecha hacia la casa, tengo a mi lado a Dark, no se de donde ha salido pero creo que nota mi estado de ánimo, viene pegado a mi pierna restregando el lomo, paso de largo de la barra y voy escaleras abajo hasta llegar a la celda donde está Luka.

- Qué tal lo estás llevando Rinaldi? Te estamos    tratando bien?.

- No me puedo quejar – dice con una media sonrisa, no    es la primera vez que tenemos esta conversación solo que ahora los    papeles están intercambiados.

- Tenía muchos planes para ti, de verdad que sí – le    digo mirando a los ojos y con mi mano apoyada sobre la cabeza de mi    perro – pero es solo cuestión de prioridades – saco mi glock y    la amartillo.

- Ehhhh!! para!! qué haces? Espera.... - levanto mi mano    apuntando a su cabeza.

- Esto no era lo que tenía pensado, pero no me has    dejado más remedio.

Sonrío triste y aprieto el gatillo, veo como sus ojos pasan de tener vida a solo parecer dos ventanas a la nada, me doy la vuelta y salgo de la celda en dirección al bar, necesito un trago, arriba de las escaleras veo que me espera una Gunnr con una ceja levantada.

LUA   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora