CAPITULO 17

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Voy de camino a la Casa Club, me tomo el viaje con calma, disfrutando del aire en mi cara y mi pelo, lo llevo suelto y noto como lo azota el viento.

Tomo las curvas tumbando la moto lo máximo que puedo jugando con el equilibrio y la velocidad, disfruto del olor a bosque, me paro en el mirador que hay pocos kilómetros antes de la Sede y me acerco lo más que puedo a la barandilla de protección, me quedo sentada fumando un cigarro mientras pienso en todo lo que ha pasado desde que comenzó toda esta historia.

Ya casi no me despierto por las noches por las pesadillas, ahora tengo una familia que no conocía y gente a la que quiero como si lo fueran.

Tengo un propósito y una venganza que llevar a cabo y una vez que todo esto se solucione pienso devolverles la lealtad que me brindan sin pedir nada a cambio de la mejor manera.

No se cuanto tiempo llevo parada en el mirador, pero siento que ya es hora de emprender este viaje que se presenta frente a mí, acabar con lo que  empezó en Vermont y continuar a partir de ahí.

Saludo al entrar por la puerta ala prospecto que cuida la entrada del recinto y voy derecha a mi sitio a aparcar, desmonto el petate, me lo echo al hombro y voy para dentro de la casa.

- Te estamos esperando – dice Gunnr.

- Lo siento, me paré en el mirador y se me fue la hora.

- Vale, vamos dentro, ya solo quedas tú – dice dándose la vuelta y yendo hacia la capilla, dejo la mochila detrás de la barra del bar y la sigo sin decir nada.

- Ya estamos aquí – dice Gunnr asintiendo a Mist.

- Bien, toma asiento Sargento – veo como se posiciona a la izquierda de Mist, a la derecha de esta está Róta, me quedo de pie frente a ellas y el resto de la mesa, hay hermanas de todas las edades, incluso hermanas que aunque ya llevo un tiempo aquí no he visto, asiento en forma de saludo para todas ellas – todas las hermanas presentes han sido informadas de la situación en la que te encuentras, hemos querido exponer por adelantado los hechos a los que nos vamos a enfrentar si sales miembro de pleno derecho, pese a que seas hija de una fundadora de la hermandad y tengas derecho por sangre a un parche, creemos que lo más justo es que las hermanas decidan libremente si quieren estar a tú lado e ir a la guerra contra los italianos o que no seas miembro y seguir con la paz que ahora mismo tenemos, estás de acuerdo?.

- Completamente, no quiero sorpresas.

- Será por unanimidad, lo que quiere decir que si hay un voto en contra quedarás fuera del club y de la hermandad – recorro con la mirada a cada hermana que hay en la capilla y asiento mirando finalmente a Mist.

- Lo entiendo y lo acepto – Me sudan las manos y las restriego por los muslos disimuladamente.

- Bien, debes salir fuera, la votación se hace a puerta cerrada.

- De acuerdo – giro el cuerpo para irme, pero cuando voy a abrir la puerta miro hacia atrás a Mist – puedo decir algo?

- Dí – vuelvo sobre mis pasos al mismo sitio en el que me encontraba.

- Sé que algunas de vosotras no me conocéis – digo mirando a las  que hasta hoy no había visto – otras sí, vine a este pueblo con un propósito, el cual era conocer la verdad de el porqué mi padre estaba muerto  y el porqué si mi madre y mi padre pertenecían a clubes de motoristas estos no habían    hecho nada, la respuesta de parte de eso ya la sé y aunque mi madre pidiera que se quedaran las cosas calmas para que yo pudiera crecer al menos con uno de ellos, hoy por hoy, yo estoy sedienta de    venganza y de respuestas, hoy soy mayor y si decido meterme en esto es con todas las de la ley, no pido que vosotras lo hagáis por mi, sino por Louise, que creo que se lo merece, pese a lo que decidáis hoy en la mesa, yo voy a seguir para adelante con ello aunque me sea más difícil – ya no sabía que más decir así que decidí salir de la habitación dejándolas que decidieran si hacérmelo mucho más fácil con su respaldo o lo tendría que hacer yo sola.

LUA   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora