Un Último Intento

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La batalla entre Acnologia y Naruto era increíblemente destructiva, el disparo de Urano y la devastación planetaria de Sasuke se veían incluso a kilómetros de distancia del Red Line.

Pero no muy lejos de ahí, había otra contienda que aún no terminaba, y era igual de peligrosa.

La división encargada de eliminar a Juha Bach no había parado de lanzar ataques y golpes devastadores durante las últimas dos horas.
Magia, técnicas del más alto nivel de Kido, jutsus prohibidos, ataques con frutas del diablo en modo despertar... Y sin embargo, el Rey Quincy no caía.

Y ese no era el único problema, la división poco a poco se estaba agotando.

Orochimaru tuvo que recurrir a Katsuyu para poder mantener la resurrección impura de Barbablanca y Hirako, pues su chakra ya se había agotado.
Resucitar a un shinigami y a un hombre con una fruta del diablo no era lo mismo que resucitar a un ninja, era más complicado.

Aizen y Urahara podían mantener sus Bankai hasta el amanecer, pero Law ya comenzaba a cansarse, al igual que todos los demás.

-¡Sigan atacando, no le den descanso!

El rey Quincy estaba aturdido, había perdido varios de sus ojos repartidos en su manto, sus ropas estaban desgarradas y su piel sangraba con cada golpe que Barbablanca y Gai le daban, con cada desgarrón que Grimmjow le propinaba y cada corte que Ichigo le acertaba.

Ahora solo movía su espada torpemente, esperando darle a alguno de sus oponentes, pero Law se encargaba de mantener a sus aliados fuera de su alcance.

-¡Joder, ese desgraciado es muy duro! ¡Oye shinigami! ¿¡Cuanto tiempo más vamos a aguantar así!?

Preguntó Gildarts a Aizen, jadeando.
Éste lo miró con cara de pocos amigos.

-Tenemos que herirlo lo suficiente como para hacer una grieta en la piel de su pecho, un corte profundo debería bastar para la última fase del plan. ¡Sigan atacándolo!

El mago maldijo por lo bajo, ya casi no le quedaba magia, y el poder de las ocho puertas internas no tardarían en sobrepasar la capacidad física de Gai.
Tenían el tiempo encima, debían acabarlo cuanto antes.

-¡Gildarts cuidado!

La espada de Juha Bach se dirigía directo a su cabeza, de alguna manera el Rey se había acercado lo suficiente.
El mago no pudo reaccionar, había cometido un error, se había distraído...

-Shambles!

Law intercambio a Gildarts con Ichigo, quien detuvo la estocada del Rey con su antebrazo envuelto en la armadura dorada Skull Clad.
Pero eso no evitó que Ichigo saliera volando varios metros más allá, la fuerza de su oponente seguía siendo mayor.

-¡Oh no, no te vas a ir!

Entre Barbablanca y Kenpachi le propinaron una patada al Rey que lo devolvió al centro de la batalla.

-¡Ichigo, ¿estás bien!?

Preguntó Law, sin abandonar su posición.

-Agh, carajo, ¡si, solo fue un rasguño!

Ichigo se miró el antebrazo con el ceño fruncido.
Un rasguño... Nadie nunca había logrado dañar la Skull Clad, ni siquiera Kaido con su gigantesco mazo de púas.
No podía creer que luego de todo el daño recibido, aún podía dar un golpe como ese.

En ese momento, Grimmjow se acercó lo suficiente al Rey y desgarró su pecho con todas sus fuerzas, dando un grito de furia.
Sus garras casi se quiebran pero logró abrir una importante herida que levantó una gran estela de sangre.

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora