El Mejor De Los Gremios Parte 3

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Al final, la fiesta que inició con la llegada de las dos piratas terminó en la semi destrucción de toda la posada, los encargados de esta estaban atónitos, pues había magos aturdidos y ebrios tirados por todas partes, en los jardines, en los baños, en las escaleras, incluso en los candelabros, y los destrozos se contaban en cientos, tal vez miles de jewels, sin duda todo el gremio estuvo eufórico por la llegada de su antigua amiga.

Y Nami miraba todo ese cariño y todos esos sentimientos encontrados con una sonrisa, su opinión sobre Fairy Tail había cambiado radicalmente. Si, habían cometido un error, ¿pero que familia no los comete? Además, gracias a ese error, había conocido a su pequeña y rubia hermana menor.

Ahora mismo la navegante se encontraba sentada en una de las pocas sillas que habían sobrevivido a las peleas y la destrucción, ella también se había divertido de más, se sentía algo mareada y aún se le escapaban unas cuantas risas por las bromas, peleas y momentos graciosos que habían tenido lugar las últimas tres horas.

-Madre mía... Y yo que pensaba que nada podría superar la tremenda fiesta luego de la guerra por el trono.

Quizá se había divertido, pero aún así no podía evitar sentirse preocupada por Robin y por Jimbei, se preguntaba si habrían podido entrar en el castillo y reunirse con el rey Neptuno sin problemas.
Ya era muy entrada la noche, tal vez debería salir a buscarlos...

-No, ellos pueden cuidarse solos. En cualquier momento deberían llegar.

Miró a su izquierda, a una de las tantas pilas de magos noqueados y ebrios, sobre los cuales descansaba Erza.
El calor de la fiesta y las bebidas ayudaron a que el ambiente incómodo entre ellas menguara, incluso, luego de varios tarros de sake, rieron juntas y se unieron a Cana y Levy en algunas de las competencias de bebida.
La enemistad que habían tenido hasta ahora había desaparecido en sólo unas cuantas horas, seguro que a Lucy le haría feliz saber aquello.

Nami sonrió para si misma, y sin pensarlo dos veces se acercó y pasó el brazo de Erza por sus hombros para levantarla.

-Vamos Titania, ya tuviste suficiente por hoy.

Salió del gran salón de fiestas con la pelirroja a rastras, completamente aturdida por el alcohol.
Subió por las escaleras de la posada, no sabía cuál era su habitación, pero estaba segura de que una cualquier cama sería mejor que la madera y el piso fríos.

-Rayos, con la armadura si que pesa...

Nami pasó al lado de una ventana que daba al exterior, a la calzada principal de la ciudad, la cual, por la hora, ya estaba totalmente sola.
O quizá no...
Una figura bamboleante caminaba en medio de la avenida, bebiendo de una botella de sake... Nami entrecerró los ojos, tratando de distinguir aquella figura familiar en medio de su estado de ebriedad, y cuando lo logró, casi soltó a Erza por la sorpresa.
A pesar de todo lo que habían pasado, ese hombre seguía dándole mucho, mucho miedo.

-¡Mierda!, ¿¡qué hace él aquí!?

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-Es en esta habitación, enciende la luz por favor.
-¡Ayúdame, se va a caer!
-La tengo, la tengo.

En un cuarto de la posada, no muy lejos del salón, Lucy y Mira ayudaban a caminar a una Levy completamente ebria, quien balbuceaba disparates e incoherencias entre dientes, aunque por su tamaño casi la estaban cargando.

En la fiesta, Lucy decidió, solo por esa vez, no beber una sola gota de sake, pues tenía que estar en sus cinco sentidos por si eran descubiertos y atacados por la marina o los soldados del reino, así que simplemente se limitó a hacer destrozos e involucrarse en las peleas, al igual que Mira y Natsu, quienes no querían perder la conciencia y desaprovechar todo el tiempo que estuviera su amiga rubia.

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora