La Guerra por el Trono

Cicatrices Del Corazón

En el barco del pelirrojo, Shanks y Rayleigh se encontraban sentados en medio de la cubierta, con la mayoría de sus compañeros tirados a lo largo de la embarcación por su profundo estado de ebriedad.

-¿Que mejor prueba quieres de que hemos envejecido? Todos los demás siguen bailando y cantando, y nosotros ya estamos a nada de quedarnos dormidos también.

Decía Shanks entre risas, sirviéndole otra copa al rey oscuro.

-Nuestra era pasó hace mucho, ahora solo somos fantasmas del mar.
-¿Sabes? Podrías volver a aparecer en los periódicos Rayleigh, ahora yo soy el único Yonkou que queda.

Rayleigh río.

-Es verdad, pronto surgirán batallas para ocupar los lugares que Kaido, Big Mom y Teach dejaron, pero no estoy interesado, mi única tripulación siempre será la de Roger, además, tu lo has dicho, estamos viejos.

Una puerta se abrió del camarote del pelirrojo, y un hombre, bastante alto y con una larga capa negra salió a paso lento, aprovechando que todos en el barco dormían.

-Parece que se divirtieron de más ¿eh? Me recuerdan un poco a mi escandaloso gremio.

Shanks lo miró y sonrió.

-Gildarts, ¿ya te vas?
-Si, tengo que hacer otra misión en Fiore que no puede retrasarse más.

Se acercó hasta ellos.

-Ya veo, siempre trabajando. En ese caso tu pago está por allá.

Señaló el mástil, donde un cofre con varios tesoros descansaba a la vista.
El mago negó con la cabeza.

-No aceptaré el pago Shanks, la misión era evitar que Luffy muriera si la batalla se hacia muy intensa, pero veo que tu chico se ha convertido en un hombre de temer.

Echó una última mirada al barco del rey de los piratas, donde Luffy luchaba contra Ichigo en la arena sumo, y todo mundo a su alrededor gritaba y lanzaba billetes a sus apuestas.

-Además, con volver a ver a mi hermano me basta, pero... Hay una cuestión.

Shanks y Rayleigh miraron a Gildarts, quien estaba de pie a sus espaldas.

-Esa chica, Lucy, es de mi gremio.

La mirada del pelirrojo se ensombreció.

-Ella es nakama de Luffy, lo dejó claro en las colinas de Raftel.
-Mi chico, Natsu, está por allá ¿lo ves? Atravesó todo el Nuevo Mundo para llevarla de vuelta, y creo que como miembro de Fairy Tail es mi trabajo darles una mano.

Shanks dejó escapar algo de haoshoku no haki, no mucho para no alertar a los demás, pero la amenaza era clara.

-Entonces, mi deber como aliado de Luffy es proteger a los miembros de su tripulación... ¿Estás seguro de que quieres hacer esto, Gildarts?

Se lo pensó un segundo, él solo podría hundír todos los barcos de la flota, pero no estaba seguro de ganar una batalla si Akagami, Rayleigh y Luffy le hacían frente al mismo tiempo.
Además de personas peligrosas en la flota, como Fujitora, Ichigo y Marco, o Law.
Quizá sería mejor intentarlo en otro momento, así que suspiró, y se echó su mochila al hombro.

-De acuerdo, de acuerdo, entonces nos vemos luego hermanito.

Caminó al otro lado del barco, dispuesto a tomar uno de los botes y partir.

-Adiós Gildarts, saluda al maestro de mi parte.

Se despidió Shanks, resoplando con enfado.
El mago desató las cuerdas que mantenían estático al bote, y lo dejó caer al mar, pero antes de subir a este, se dirigió nuevamente al par de hombres a sus espaldas.