Aces Arriba

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El campo de batalla quedó en silencio absoluto, ya ni siquiera se escuchaba el crujir del hielo derritiéndose, los disparos, ni los quejidos convalecientes de los heridos.
El mundo entero se detuvo por unos segundos.

Y en ese pequeño respiro, Shiki contemplaba a los piratas más poderosos de la nueva era, esos que le aseguraron que podían destruir islas, enfrentar a los almirantes de la marina mano a mano, y que ganaron la guerra por el trono pirata.

-Dejó admitir que... Esperaba algo mejor.
-Si solo viniste a decir idioteces mejor retírate, Leon Dorado.

Le espetó Im, con Luffy a sus pies tratando de recuperar el aliento.

-Oh no, yo creo que no. Aún tengo muchas idioteces que decir.

Shiki bajó de la montaña de escombros y cadáveres lentamente.
Hashirama, Stark y Kaido se quedaron expectantes, pendientes de lo que pasaría a continuación.

-Hace cinco horas, un enorme ejército compuesto, apoyado y dirigido por hombres y mujeres libres subió por el Red Line y comenzó una guerra, lanzando así el ataque más grande en contra del Gobierno Mundial de la historia...

Aprovechando que todos le prestaban atención a Shiki, Lucy se escabulló hasta donde se encontraba Naruto, y lo sacó a rastras del alcance de Acnologia.

-¡Lucy...!
-Sshh, el maldito dragón y Madara se están recuperando, debemos hacer lo mismo.

Este respiro era una buena oportunidad para reagruparse, y era justo lo que Shiki planeaba.

-Yo subo a Tierra Santa, ¿y qué es lo que veo? Ninjas cansados, shinigamis desesperanzados, magos incapacitados... Pero ustedes no ven lo que yo veo.

Barbablanca estaba asombrado, el tiempo si que había pasado para el León Dorado, la última vez que lo vio era un joven capitán lo suficientemente tonto para enfrentarse a Roger... Ahora había madurado, lo suficiente como para intentar levantar la moral de los soldados.

-Veo pueblos y culturas completamente diferentes, alejados por miles de kilómetros, algunos incluso de otros mundos... Qué hoy han dejado de lado sus diferencias parar salir al mar como hermanos, como guerreros libres... ¿¡Van a dejar que esos cerdos del Gobierno Mundial acaben con ésta unión tan fácilmente!? ¡El destino ha querido que nos unamos esta noche para matar, pelear, sangrar y gritar hasta morir...!

Sus palabras comenzaban a llegar a cada miembro de la flota, todos los que aún podían pelear y los que no.
Y en cambio, Madara escuchaba al viejo cruzado de brazos.

-Deberíamos acabar con ellos de una vez, me esta aburriendo...

Dijo Acnologia

-Déjalo que levante los ánimos de los piratas, no me he divertido lo suficiente, y es aburrido aplastar insectos cuando ya se han resignado a morir...

-¡Subimos a esta maldita ciudad para acabar con un montón de mal nacidos que se creen mejor que nosotros!

Digan lo que digan, las palabras de Shiki si le estaban dando esperanzas a la flota.
Katakuri, Laxus, Renji, Óbito, Reiju, Hancock, Tsunade, todos comenzaban a levantarse.

-¡No vamos a morir tan fácilmente, fallaron en acabar con nosotros hace ochocientos años, y esta noche volverán a fallar! ¡Esta es la guerra de nuestras vidas, y vamos a ganar, a conquistar y a saquear!

Los soldados levantaron sus armas al cielo, hacia Shiki y hacia Luffy, gritando y rugiendo a todo pulmón.
Los heridos se levantaron y empuñaron sus armas nuevamente, los que sostenían a sus amigos y camaradas muertos volvieron la vista al cielo, para ver con esperanza renacida como Luffy le propinaba un buen golpe con su bastón a Im y lo sacaba volando, y Natsu golpeaba con todas sus fuerzas a Acnologia y lo hacia caer con un enorme estruendo.
Esa era la señal que necesitaban, la motivación, las ganas de seguir peleando hasta morir.

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora