La Guerra por el Trono

Si Vis Pacem Parabellum

-No puede estar pasando esto... No de nuevo, ¿por qué?

Se lamentaba Natsu entre lágrimas, con el cuerpo de Lucy aún entre sus brazos.

A pesar de que la batalla a sus espaldas se había intensificado, y de que todos casi mueren por un meteorito traído por el sujeto que secuestró a su amada, no podía levantarse del suelo.
Estaba bloqueado, ido, igual que un zombi de Thriller Bark.
Había fallado en cumplir su único propósito ahí, en no volver a fallarle a la persona que más amaba.

-¡Lucy!

En ese momento, Monet dejó a Robin en el suelo a pocos metros de distancia, también quería quedarse, pero tenía que volver a la batalla, ya que el Bankai de Kyoraku no había sido suficiente para acabar con Akainu, y necesitaba toda la ayuda posible.

Robin echó a correr hasta donde estaba Natsu y se dejó caer de rodillas para quitarle el cuerpo de encima con delicadeza.

-Lucy, mi niña, aguanta un poco, la ayuda ya viene en camino, solo escucha mi voz ¿si? Sé que puedes oírme

Dijo con pequeñas lágrimas en los ojos, pero no parecía que hubiera perdido la esperanza, y eso desconcertó a Natsu.

-¿Ayuda? ¿Qué ayuda puede servir ya Robin? Ella no va a...

Entonces, Marco aterrizó a su lado, con algunas heridas en su torso y rostro, y traía consigo a Inoue Orihime, quién se arrodilló al lado de los demás.

-¡E-Está herida es demasiado grande!
-Pero tu la puedes curar ¿no? Puedes revertir el agujero en su pecho, te he visto hacerlo en la bahía del naufragio.

Por un instante, con esa pequeña posibilidad el brillo volvió a los ojos de Natsu.
Es verdad, la chica que había llegado con Ichigo tenía el poder de curar heridas imposibles, incluso había sido capaz de restaurar el brazo que Naruto perdió en su pelea contra Sasuke.
Había esperanza.

-Puedo intentarlo, pero deben saber que las heridas en el corazón no siempre pueden sanar...

Dijo cubriendo el cuerpo de Lucy con un resplandor anaranjado, y recordando a la vez cuando intentó curar a Ichigo de una herida similar a esa, y no pudo.
Pero no se daría por vencida, esa chica era parte de la tripulación de Kurosaki, no la dejaría morir sin más.

-Debes apúrate Inoue, estamos muy expuestos, Kizaru y Rogue están peleando no muy lejos de aquí.

Los segundos pasaban, las heridas de Lucy se curaban poco a poco, los cortes, los moretones, las quemaduras... Pero la herida en su pecho no cerraba.

-¡Vamos, funciona por favor!

Rogó Natsu desesperado y ansioso, jamás en su vida había rezado ni implorado por nada, pero estaba dispuesto a hacerlo si eso le devolvía la vida a la chica.

Pero entonces... El Haki de observación de Robin reaccionó.

-¡Natsu, cuidado!

Alguien lo golpeó directo en el rostro con una patada, y fue tan potente como para lanzarlo lejos y estrellaron contra una estatua gigante que terminó hecha pedazos.

-¡No van a revivir a su comandante! ¡No los dejaré!

Gritó Rob Lucci en su forma de cheetah,
Robin se puso en pie y comenzó a pelear contra él mano a mano.
Inoue trató de apurarse, un sudor frío le corría por la frente, y la arqueóloga intentaba darle todo el tiempo que podía haciendo crecer más brazos en su cuerpo y cubriéndolos de Haki, pero el líder del CP-0 era demasiado rápido, más que ella.