Sombras del Valle.

656 45 24
                                    

-Y algún día en el futuro, aparecerá alguien que cargará sobre sus hombros toda la historia del siglo que ustedes borraron, y desafiará a una batalla a este mundo.

No alcanzaba a entender qué estaba pasando, todo a su alrededor se movía en cámara rápida, cientos de personas corriendo de un lado a otro, cuerpos cayendo, explosiones, técnicas, poderes de frutas del diablo, explosiones mágicas, la sangre de sus tropas manchaba su blanco abrigo de almirante de flota.

Akainu había quedado aturdido por el golpe de Poseidon, apenas tuvo tiempo de interponer un muro de lava entre él y la ola, el cual ya se había enfriado y convertido en roca volcánica.

Pero la conmoción aún no pasaba, aún se estaba recuperando, y... No entendía si era por el golpe que recibió en la cabeza, o porque casi muere ahogado, pero escuchaba en su cabeza... Las últimas palabras de Barbablanca.

Sengoku! Lo que temen en el Gobierno Mundial, es la guerra masiva que algún día involucrará al mundo entero.

Estaba de rodillas en el mismo lugar en el que hace ya tantos años falleció el hombre más fuerte del mundo, de pie, y sin soltar su arma.

Resulta que esas palabras no habían sido disparates de un anciano al borde de la muerte.
No podía creer que ese día había llegado.

La alianza pirata invadía por completo Marineford, los solados en la cima de los bastiones disparaban sin cesar, los cañones ya habían sido repuestos y asediaban a las hordas de guerreros que poco a poco ganaban terreno en la bahía.
Avanzaban sin poder ser detenidos, cada vez más barcos desembarcaban en la costa, y no dejaban de llegar más y más.

Los ninjas se abrían paso hábilmente entre las tropas de la marina acuchillando y usando técnicas masivas para hacer el mayor daño posible.
Gaara y Crocodile mainipulaban la arena a su alrededor para detener balas de cañón y desviarlas al enemigo.

El vice-capitán Zoro, con tres nuevas katanas que Urahara le había forjado con kairoseki y roca espiritual avanzaba al frente de todos, con Mihawk y Erza a cada uno de sus lados, dejando a su paso un camino de cuerpos que poco a poco iban cubriendo por completo el suelo.

Doflamingo y Aizen habían volado hasta los bastiones, y peleando espalda con espalda lanzaban hilos mortales y técnicas de Kidoh avanzado que reducían el número de francotiradores.

Los piratas casi llegaban a la puerta principal del cuartel, ¡si cruzaban esa puerta ya sería imposible frenarlos, era un camino directo al Red Line!

Akainu apretó los puños con rabia, su cuerpo comenzó a transpirar magma, se puso de pie, y dio un grito que lanzó una erupción de magma al cielo, iluminando por completo la oscura noche.

El almirante de flota estaba furioso.

-¡Retrocedan, reagrupense!
-¡La división encargada de Akainu Sakazuki ya viene en camino, resistan!

La temperatura aumentaba, el suelo se rompía y las grietas emanaban un resplandor de magma que se extendía peligrosamente.
Un volcán nacería dentro de segundos si no hacían algo para detenerlo.

-¡No cedan terreno, sigan avanzando!
-¡Apunten todos los cañones a la cima del cuartel, maten a los francotiradores!
-¡Me dieron, me dieron!
-¿¡Donde están los refuerzos!?

El frente de batalla era sumamente extenso, no podían contar con que Naruto, Marco o alguien pudiera llegar a tiempo.

Entonces, Akainu levantó los puños al cielo.

-¡DAI FUNKA!

Disparó grandes proyectiles de magma que segundos después cayeron igual que meteoritos directo al ejército pirata, causando explosiones, hundiendo barcos, y diezmando a las fuerzas aliadas.

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora