Cuenta Regresiva.

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-Subir por el Red Line no es el problema, tenemos diferentes medios para hacerlo, el problema es evitar ser expulsados en los primeros minutos de la batalla, tendremos que poner a los guerreros más fuertes en las líneas delanteras para quitarle terreno al... ¿Oye me estas escuchando?

No, no lo hacía.
Naruto tenía la vista pérdida en el mar, recargado en el puente de piedra que conectaba a la Bahía del naufragio con el reino del Germa, quienes recientemente se habían integrado a la isla.
Miraba embelesado al sol saliendo en el horizonte, y a las gaviotas mensajeras volando y trayendo, probablemente, noticia calamitosas.
Un pequeño momento de paz en medio del caos que lo rodeaba.

Y Reiju terminó con ese momento cuando chasqueó los dedos en el rostro del ninja, sacándolo de sus pensamientos.

-Tierra a Naruto.
-Ah, lo siento, ¿me decías?

La líder del Germa suspiró rendida, ya era la tercera vez que intentaba explicarle el plan, en vano.

-Estás muy distraído hoy.
-Lo siento, es que no he dormido bien, Kurama ha estado de un humor de perros.
-¿Por?

Naruto se rascó la cabeza, pensativo, mirando al puerto de la isla, el cuál estaba abarrotado de barcos de guerra hasta el grado de la exageración.
Suspiró intranquilo, casi ansioso, y miró a Reiju.

-Tengo un mal presentimiento de esto.
-¿De la guerra?
-Si, es... No sé, siento que algo no anda bien, y es extraño porque nunca había sentido tanta ansiedad antes de una batalla.

No quería decirlo en voz alta, como temiendo que al decirlo podría estar declarándolo, pero presentía que las cosas no iban a terminar bien cuando subieran a Mariejoa...
Y eso es lo que lo tenía tan nervioso.

-Pensé que era porque no sabes que regalarle a Hinata, ya que mañana es su cumpleaños.
-¿Eh? ¿¡Ya es mañana!?

Reiju río por lo bajo, lo había hecho intencional, no tenía ninguna duda de que el chico lo había olvidado.

-Agh, después pasaré a la ciudad para comprarle algo... Pero no es eso lo que me preocupa.

Nuevamente, su vista fue arrastrada al mar, y no pudo evitar sonreír con nostalgia cuando veía las olas azules rompiendo en la playa.

-Quizá solo estoy nervioso porque extraño cuando el mundo era más simple... Cuando nuestros días se trataban de ir de isla en isla solo con la tripulación original. Lucy corriendo de un lado a otro con la espada de Ichigo, Sanji bailando alrededor de Monet y Nami, yo jugando y pescando con Luffy y Brook... Cuando la vida era más simple.

Reiju se cruzó de brazos, escuchando atentamente.

-Extraño esos días ¿Sabes? Cuando llegábamos a un país, lo destruiamos por nuestras peleas y terminábamos bebiendo hasta quedar inconscientes... Tal vez solo estoy abrumado por la tremenda responsabilidad que tenemos, es decir, vamos a declarar la mayor guerra que se ha visto en el mundo desde el siglo vacío... Y para ser franco, creo que una sola isla de piratas y ninjas no es suficiente para ganarle a un Gobierno Mundial.

-La gente no es tonta Naruto, el mundo ya se está dando cuenta de quienes son los que organizan saqueos, asesinatos y masacres silenciosos y, por dios literalmente hay un puto dragón gigante quemando países con la bandera de la Marina en su espalda.

Naruto río, era cierto.

-Escucha, no estamos solos, y vamos a ganar esto. Quizá nos superen en número, pero un miembro de la flota vale por diez soldados de la marina. ¿Y tu? Pff, vales por diez batallones.

Reiju sonrió, ahora el chico se veía menos distraído que antes, había logrado levantarle un poco el ánimo.

-Naruto, ahora menos que nunca puedes permitirte vacilar, estamos una carrera contra el tiempo, y ya no hay forma de dar marcha atrás.

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora