Curso De Colisión

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Patada, golpe, cabezazo, embestida, aliento de dragón, Natsu destruía todo lo que se le interponía en el camino, no importa si eran enormes rocas o árboles de inmenso tamaño, todo sucumbía a sus llamas.
Lleava ya una hora así, jadeaba y sudaba cansado, ni siquiera se había dado cuenta de cuánto se había internado en el bosque al centro de la isla.

-Aún no es suficiente...

Se presionaba y llevaba su cuerpo y sus habilidades al límite pensando en todos los enemigos que tendría que enfrentar dentro de dos días.
Green Bull, Jugram, Acnologia... Bastardos jodidamente fuertes que no debían ser tomados a la ligera.

-¡Tengo que volverme más fuerte!

En ese momento, se quedó quieto al sentir una poderosa presencia que apareció de repente detrás de él.

-Getsuga Tenshou!

Una ola de poder puro salió disparada en su dirección, y de milagro pudo esquivarla doblándose sobre si mismo, para después levantarse de un salto.

-¿Quién mierda...?
-Estas haciendo un gran alboroto, Natsu.

Ichigo se encontraba a unos metros de él, sosteniendo sus dos espadas en cada mano.
Natsu suspiró y bajó la guardia, ese ataque había sido solo para advertir su presencia, sin intención de herirlo.

-¿Qué estás haciendo aquí?

Ichigo lo miró con mala cara, y se apartó para que pudiera ver el sendero de destrucción que Natsu había dejado a su paso, el cual se extendía por varios kilómetros.

-Solo estoy entrenando.
-Es lo que veo, y te dejaría seguir haciéndolo si no te hubieras metido en el jardín de los bijuus.

Señaló con la cabeza hacia la derecha, donde por encima de los árboles y la maleza se alzaba la cabeza de mono del Yonbi, molesto por el ruido.
Natsu se sorprendió, no se había dado cuenta de hasta donde había llegado.

-Lo siento...

Ichigo recargó su zanpakuto larga en su hombro en un gesto desinteresado.

-Aah... Yo me encargo de esto Son, puedes irte con los demás.
-Te lo agradezco, chico shinigami.

Natsu tenía la vista clavada en el suelo, cabizbajo, pensativo, algo raro en el dragón slayer. E Ichigo esperó unos segundos a que hablara por su propia cuenta, no quería presionarlo, pero terminó por perder la paciencia.

-¿Te vas a quedar ahí todo el día o vas a volver a las arenas de entrenamiento?

Natsu no dijo nada.
Y a esto, el shinigami suspiró con molestia y enfundó sus espadas.

-Escucha... Metiste la pata, y en grande.
-Lo sé.
-Tienes suerte de que su pelea fue un problema aislado, Erza y Nami se encargaron de que nadie lo supiera.
-Jeh, creí que a estas alturas ya habría piratas y magos peleándose en el puerto.

Comentó Natsu, tratando de hacerse el gracioso, logrando que Ichigo riera por lo bajo.

-Si, yo también lo pensé... Pero de haber sido así, quizá toda la flota se hubiera desestabilizado. No pensaste en la tensión que hay en toda la isla cuando atacaste a Luffy.
-... Lo sé.

Le cortó Natsu, y por fin levantó la vista.

-Es sólo que... No me pude controlar. La rabia y la desesperación me ganaron, estar aquí encerrado sin hacer nada en lugar de ir de una vez y patearle el trasero a Acnologia me esta volviendo loco...

Suspiró y frunció el ceño, no quería admitirlo, pero lo siguiente, pero aún así lo hizo.

-Y también, cada vez que pienso que esos idiotas podrían estar haciéndole algo a Lucy me entra un coraje que no puedo manejar...

La Guerra por el Trono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora