CAPÍTULO 22.

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—Demasiado pronto para responder eso.—Joshua dijo al mismo tiempo que se levantaba del sofá para beber un vaso de agua y despejarse un poco.

Mingyu lo siguió y eso solo hizo que los nervios de Joshua crecieran, aún así, trató de fingir normalidad, no quería que además del sonrojo, Mingyu notara que estaba volviéndose loco por dentro.

—Bueno, ¿pero voy bien hasta ahora?

Joshua sonrió.—Digamos que comienzas a caerme bien, pero no sé, cualquier cosa podría pasar que me haga cambiar de opinión, así que no lo arruines. Como sea, me voy a dormir, hasta mañana.—Se alejó de nueva cuenta esta vez rumbo a las escaleras que conducían hasta su habitación.

—Hasta mañana.—Dijo Mingyu sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

Los días pasaron más rápido de lo que cualquiera de los dos hubiesen podido imaginar y pronto una semana y un par de días pasaron sin la presencia de la señora Hong.

Tanto Mingyu como Joshua hablaban por teléfono a diario con ella y casi siempre se extendían conversando por un buen rato solo hasta que la diferencia de horario les hacía tener que colgar para dormir o llevar a cabo sus actividades diarias. La señora Hong solía preguntarles por separado acerca de su relación en su ausencia, pero de alguna manera, cada uno evadía el tema haciéndole creer a la mujer que seguían llevándose tan mal como siempre.

No obstante, la verdadera relación entre los dos chicos mejoraba cada vez más, pues cada que Mingyu volvía del trabajo cocinaba para Joshua con éste de ayudante o a veces simplemente salían por ahí a cenar juntos; y si quedaba tiempo, caminaban por ahí mientras hablaban.

Cada día descubrían más cosas el uno del otro haciendo que lograran llevarse aún mejor, y aunque Mingyu  notaba que Joshua aún no se abría por completo con él como para contarle más cosas personales, sabía que aquellos silencios incómodos y peleas por cualquier cosa estaban lejos de volver a ocurrir y eso ya era un gran avance.

Pero no todo era tranquilidad, y es que cada vez que Mingyu iba por Joshua a la universidad para almorzar juntos, o cada que volvía a casa, no podía evitar esa sensación en su interior que indicaba emoción al verle. Joshua se sentía igual, cada que Mingyu sonreía orgulloso al terminar sus platillos o cuando fijaba su atención solamente en él cuando le esperaba en el estacionamiento, un extraño cosquilleo se apoderaba de él.

Ambos sabían que sentir eso no era normal para dos personas que trataban de ser buenos amigos y sobre todo cuando uno de ellos estaba comprometido con la madre del otro. También sabían lo que aquellas señales quizá podrían significar, pero ninguno se atrevía a admitirlo, así que simplemente actuaban con total normalidad el uno con el otro, creyendo que no era evidente el latido acelerado de sus corazones al estar juntos.

—¿Qué les parece si nos quedamos en mi casa esta noche? Podemos ir a beber algo ligero por ahí y seguir en mi casa. Mamá y papá están fuera por asuntos del trabajo y además rara vez los invito.—Seungcheol ofreció con cierta emoción. Era cierto, la mayoría de las veces solían reunirse en casa de Jeonghan o Joshua, pero desde que Mingyu había llegado eso ya no pasaba muy seguido o mejor dicho nunca.

—Perfecto. Estos días de exámenes han sido agotadores, merecemos distraernos un rato por todo lo que hemos sufrido.—Jeonghan dijo mientras pasaba sus brazos por los hombros de sus dos amigos atrayéndolos hacia sí.

—¿Tú qué opinas, Shua?

Increíblemente, incluso para sí mismo, Joshua meditó una respuesta que en cualquier otro momento hubiera sido positiva y cargada de entusiasmo, sin embargo en ese momento no podía evitar pensar en Mingyu, en que habían estado pasándola tan bien a pesar de conocerse poco y que quizá dejarlo solo sería grosero de su parte.

FATHER? ✨ MinShua 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora