CAPÍTULO 35.

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—Haeri...—Mingyu dijo después de unos segundos que se sintieron como horas, y es que recordar aquel sueño hacía que sintiese escalofríos, así que, evidentemente, oír la voz de la señora Hong en ese preciso momento no era lo más adecuado, eso sin contar lo que minutos antes había pasado entre Joshua y él en la sala de estar.

Tras la mención de ese nombre, Joshua levantó la cabeza que reposaba en el pecho del contrario y sus ojos se abrieron con sorpresa, así que se levantó para que Mingyu saliera de él e hizo amago de alejarse, no obstante, éste lo sostuvo con su mano libre, devolviéndolo a su regazo y dedicándole caricias en su espalda para tranquilizarlo.

—¿Cómo está todo por allá?—Preguntó la mujer y Mingyu no supo exactamente cómo responder a esa pregunta. Es decir, todo era tan raro en ese momento que cualquier cosa que dijera sonaría como una mentira.

—Todo bien.—respondió con dificultad, aunque no la suficiente como para que pudiese notarse.—¿Y tú? ¿Qué tal te está yendo con tu proyecto? Hacía mucho que no recibíamos llamadas tuyas.—Dijo con sincera preocupación, y es que además de eso, la señora Hong sonaba seria, siempre lo saludaba con algún sobrenombre tierno y esta vez no era así, de pronto comenzó a preocuparse y a hacerse un montón de ideas en la cabeza que sólo empeoraban las cosas.

—Últimamente hemos tenido mucho trabajo, estamos en juntas todo el tiempo porque el proyecto cada vez está tomando forma y pronto vamos a volver, por lo cual hay muchas cosas que hacer por aquí. Siento no haberme comunicado antes, pero la verdad es que vuelvo a mi cuarto de hotel y caigo rendida, han sido días muy agotadores.

—Comprendo. Pero me da mucho gusto que todo esté yendo de acuerdo al plan, espero que pronto puedas descansar un poco. Trata de comer bien y no desvelarte.

—Espero lo mismo. Y gracias, eso haré.—Dijo mientras reía ligeramente y Mingyu se planteó preguntar si sucedía algo más, aunque siendo sincero consigo mismo, tenía miedo de que de alguna manera la señora Hong se hubiese enterado de lo suyo con Joshua y por eso su cambio de actitud.—¿Está Joshua contigo?—preguntó la mujer en cambio.

Mingyu miró al mencionado quien tenía la misma expresión asustada que él, y solo atinó a asentir ante la pregunta para que Mingyu pudiese responder.

—Sí, él está aquí.

—Perfecto. ¿Puedes comunicarme con él?

—Claro...

—Gracias, Mingyu. Hablamos después.

Mingyu no respondió, ni siquiera sabía qué decir después de esa despedida tan fría, así que simplemente le dio el teléfono a Joshua quien lo tomó con su mano temblorosa. Obviamente no era el único nervioso.

—Mamá...

—Cariño, ¿cómo estás?

—Estoy bien, ya sabes, solo un poco cansado por los deberes, pero todo en orden.

—Me alegra mucho, cariño. ¿Está todo bien con Mingyu?

—¿A qué te refieres?—Joshua preguntó con incomodidad, el hecho de que todavía estuviese sobre el aludido no ayudaba mucho a su concentración.

—Bueno... sé que los dejé aún cuando tú no estabas muy de acuerdo y no te di opción de elegir, así que estaba preocupada acerca de cómo iría todo por allá entre ustedes.

—No tienes que preocuparte por eso, mamá. Tú tenías que ir a ese viaje y yo no podía oponerme, no es que no tuviera opción, es que yo comprendo que tu trabajo es importante, aquí todo está en orden.

—Me alegra mucho oír eso, hijo. Gracias por apoyarme siempre a pesar de que muchas veces he sido egoísta contigo.

Tras esas palabras, Joshua sintió un gran nudo en la garganta, no podía decir nada al respecto, no cuando acababa de entregarse a su prometido quien aún le regalaba caricias quizá inconscientemente.

FATHER? ✨ MinShua 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora