CAPÍTULO 29.

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Una semana. Una semana pasó desde que Mingyu se había ido de casa y no podía entender por qué en lugar de sentirse tranquilo, era todo lo contrario.

Cada que volvía a casa, recordaba cuando esperaba a Joshua con sus tan ricos platillos y por alguna razón, extrañaba eso.

Algunas veces Junhui lo visitaba e incluso días atrás organizó una pequeña reunión con viejos amigos, sin embargo esa intranquilidad de cómo estaría el hijo de su prometida lo mantenía distraído la mayor parte del tiempo.

Junhui no le hablaba mucho de él, siempre le decía que era mejor mantenerse alejado y desinteresado para poder lograr su objetivo, y aunque Mingyu estaba de acuerdo, inevitablemente Joshua volvía a su mente a cada momento.

Una semana fue lo máximo que pudo aguantar.

Joshua salió de clases por la tarde, finalmente se había librado de los difíciles exámenes y en ese momento lo único en lo que podía pensar era en su cálida cama esperándole para tomar un merecido descanso.

Jeonghan y Seungcheol estaban un poco más animados debido a que ellos habían presentado antes las pruebas, razón por la cual en ese momento se dirigían a comer en el auto de Jeonghan.

No obstante, algo les obligó a detenerse, varias chicas cerca del estacionamiento se encontraban susurrando mientras veían al trío de chicos quienes no terminaban de entender la situación. No fue hasta que una de esas personas se acercó a ellos que pudieron saber de qué se trataba tanto alboroto.

—Joshua, tu guapo amigo ha venido a buscarte de nuevo. Recuerda hablarle de mí.—Dijo con timidez y luego se alejó.

Joshua frunció el entrecejo, se negaba a creer lo que estaba en su mente, así que se despidió de sus amigos y caminó a toda prisa al estacionamiento para corroborar sus sospechas.

El auto de Mingyu se encontraba ahí y el chico esperaba recargado en la puerta con sus lentes oscuros. Joshua no podía negar lo bien que se veía de esa manera y tampoco pudo evitar el furioso cosquilleo que sintió en su interior cuando éste le dedicó una sonrisa.

—¿Qué haces aquí?—Preguntó tratando de ignorar a todas las personas a su alrededor y a aquella sensación en su pecho.

Mingyu titubeó un poco antes de responder, y es que ver a Joshua de nuevo le hacía pensar como si hubiesen pasado meses desde la última vez que hablaron.—Yo... pasaba por aquí y entonces me pregunté si querrías ir a comer conmigo.

Las cejas del joven se levantaron ante dicha pregunta, era totalmente inesperado lo que Mingyu estaba proponiendo puesto que estar lejos el uno del otro había sido idea suya en primer lugar.

—¿Ir a comer contigo? ¿Y por qué debería? Tú y yo quedamos en algo y se supone que estamos cumpliéndolo.

—Yo solo... quería verte.—Confesó con vergüenza y eso hizo que Joshua se ruborizara involuntariamente, eso sin tomar en cuenta que todos ahí seguían viéndolos como si fuesen lo más interesante del mundo.

—De acuerdo. Te sigo entonces.—Respondió finalmente y una sonrisa se dibujó en el rostro de Mingyu antes de asentir y adentrarse en su auto.

Un rato después, el auto de Mingyu se detuvo frente a un edificio, y tras unos segundos, las puertas se abrieron para permitirles estacionar sus autos.
Joshua bajó de su vehículo un tanto confundido, esperaba que pararan en algún restaurante o algo así, pero al parecer los planes de Mingyu eran otros.

—¿En dónde estamos?

—En mi departamento. Ven.—Mingyu indicó y subieron al elevador, parando en el tercer piso.

FATHER? ✨ MinShua 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora