Just Me & You | GaaMatsu Fanfic | #AlianzaAwards

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Gaara

— ¿T-Tú? — dije estupefacto.

Traté de mantenerme cuerdo ante las miradas y oídos de los espectadores. Matsuri estaba con aquel pergamino en sus manos, no parecía ni felíz ni triste por la noticia... Como si la neutralidad hubiese tocado finalmente su corazón.

— Vaya, sabía que tú serías parte de los que asistiría — Temari no pudo evitar sentirse orgullosa, puesto que era también su instructora.

Por mi parte, sentía ligeras presiones en la garganta... Presiones que percibía antes cuando empecé a perder todo y realmente fue así.

Matsuri intentaba sonreír desganada.

Los cumplidos eran geniales, estupendos, decir que ella se esforzó era un buen refuerzo, pero ello no servía de nada si era otra emoción la que encajaba en dentro de su frágil cuerpo.

— Sí, yo también me lo imaginaba por las veces que entrenabamos con ella, apuesto que su nivel mejorará a grandes escalas — Daiki se atreve a comentar.

Una avalancha de halagos y comentarios encapsularon el ambiente como un perfume. Era innecesariamente estresante comparado con lo que podría sucederle a ella.

¿Acaso no piensan que pueden morir en medio de eso aunque sea por accidente?

— ¿Tú que opinas, Gaara? — mi hermana me pregunta cuando apenas podía tragar saliva.

Mis pensamientos se dispersaron, quedando solo yo y las miradas frente a mí.

Observo paralelamente a todos, incluyendo a Matsuri; quien notablemente se mostraba deseosa de saber mi punto de vista.

¿Querrá acaso que le anime a ir?. Las mentiras no eran de mi rutina diaria ni formaba parte de mis principios básicos como persona. No. No era un mentiroso y ella lo sabía.

Ella sabía que le diría la verdad así le doliese...

Suspiré como si el cansancio me hubiese invadido tal como la indiferencia.

— No me importa — dije dándole la espalda a quienes pudieron escucharme y me marché a casa.

Los quejidos de sorpresa pude escucharlos. El que Temari me llamase varias veces igual, era de más oirlos,no me interesaban sus comentarios vacíos de sentido. Ellos iban a ir a una misión peligrosa así no deseen.

Pero lo que más me dolió fue cuando Matsuri decía mi nombre a lo lejos, esa tonalidad quejante... Dolida... rogando por que la escuchara al menos una vez...

Y yo torpemente me fui.

Me sentí fatal. Lo peor que pude haber hecho luego de meditar sobre mi pasado y lo frustrante que fue sobrevivir ante la presión de otros. Aunque a la vez empezaba a reflexionarlo.

No...

No.

No me importaba en absoluto si hice el ridículo o el papel de mal maestro, ¿Qué podía hacer en este preciso momento cuando lo que no deseaba se volvió realidad?

No podía quedarme orgulloso de que la persona importante en mi vida se fuese como el día. Ella no formaba parte de un simple recuerdo, ella era todo el conjunto de recuerdos que ansiaba tener conmigo siempre.

Lancé el pórtico con fuerza cuando llegué a casa y apoyé mis manos sobre éste, mirando el suelo por unos minutos hasta ascender mi visión por esa madera tinturada.

— Qué idiota... — gruñí con odio poniendo pestillo cuando recordé nuevamente todo y mi actitud.

Me dirigí a la ventana con vista a Suna por unos instantes, todo este tiempo valioso para mí, terminaba por ser el más tóxico.