Gaara había tomado un nuevo rumbo en su vida.
Sin embargo, seguía siendo notado como aquel monstruo del cuál huir siempre al ser visto.
No tuvo opción.
Seguiría en su intento por descubrir el sentimiento marcado incluso en su frente.
Aunque fuese se...
Esa era una pregunta constante en aquellas veladas que asistía antes. No había respuesta, solo tenías que encontrarla...
Y esto era más que eso...
No cabía nada más que solo dos... Dos almas que se estaban conociendo a mitad de un camino esperanzado...
Después de varios pasillos me había dado por vencido de buscar a Matsuri en medio de la multitud...
No había otra alternativa. Es más; supuse en parte que era mi culpa por haberla dejado sola desde un inicio.
Y cuando apenas consigo los ánimos para retornar, mi visión se dirige hacia el único farol encendido que ilumina el último pasadizo.
Apenas logro notarlo, y mis pies vuelven a caer en el mismo juego...
No había duda de que era ella... Y lo menos que podía hacer era contemplarla antes de hablarle.
Aunque no notase mi presencia por divisar la fiesta... Era lo mejor...
Andar perdida en sus pensamientos era una cuestión que solía admirar de ella.
¿Qué podía estar pensando mientras observa a lo lejos una celebración?
No lo sabía...
Lo que sí aseguraba es que esta noche su presencia llama mi atención a un alto nivel que sin pensarlo... Llego a dudar de mi por primera vez.
Doy pasos siligosamente hasta estar cerca a ella...
Un detalle que empieza a carcomerme de emoción... Como si fuese alguien tan importante dentro de mi y lo sabía...
— Linda noche, ¿verdad? — logro decir mientras coloco mi palma sobre su hombro cubierto de esa tela suave que conformaba su vestido.
Gira impresionada alejándose bruscamente de mi, a la defensiva como alguien que ha sido atacado.
Enfoca su visión en mi y veo que esos ojos oscuros estan llenos de angustia.
¿Qué ha pasado?...
— Gaara... Eres tú... — menciona mi nombre con una tonalidad suave... tan suave... Como si con solo decirlo me hubiese tocado la mejilla.
Alzo la mano en señal de saludo; asegurándome de no haberla asustado hace un momento.
Y por propia impresión soy atacado de una forma tan inexplicable para mi... Pero que si encontrase al menos una palabra... Lo definiría como afectuoso...
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