~CAP 2~MALAS NOTICIAS.

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POV HIPO

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POV HIPO

Han pasado trece años desde que Astrid me besó por primera vez. Ahora tenemos dieciocho años y, la verdad, no hemos dado ningún paso más allá de la amistad. Pero eso sí, ahora somos mejores amigos...Bueno, íntimos, diría yo. Cuando antes pensaba que en mi futuro había soledad, ahora mi sueño con Astrid se volvía cada vez más real.

Las cosas entre ella y yo se complicaron un poco cuando me hice amigo de Desdentao, un Furia Nocturna. Pero la secuestré, dimos un paseo romántico en mi dragón y así se solucionó. Lo normal. Ella fue la primera en seguirme, en creerme. Gracias a su apoyo, conseguí traer la paz tanto a vikingos como a dragones y así acabé ganándome el respeto de todos...excepto de Patán, claro. Y...bueno Chusco y Brusca se comportan así con todo el mundo. Patapez y yo acabamos siendo mejores amigos y mi padre acabó estando orgulloso de mi. ¿Qué más podría pedir?

POV NARRADOR

Hipo había quedado en la arena de entrenamiento, que ahora era la academia de dragones, dirigida por Hipo.

Estaban entrenando al equipo A, que serían los refuerzos de Mema. En él estaba Gustav; un niño de dieciséis años, Gothi; la anciana curandera (que aunque sea una anciana tiene mucha energía) y Baboso, el padre de Patán. Por ahora eran pocos, pero suficientes para defender Mema en caso de ataque, si entrenan bien.

− ¡Ahora! ¡El elemento sorpresa! –le ordenó Hipo a Gustav.

Gustav y su dragón Fiosgar, un pesadilla monstruosa, atacaron a un maniquí con el elemento sorpresa que Hipo les enseñó.

−Bien. –felicitó Hipo.

Antes de que pudiera seguir, Astrid se acercó por detrás y le tocó la espalda para llamar su atención.

− ¿Astrid?

−Sí, Hipo... Tenemos que hablar. –dijo apenada.

− ¿A-A sí? Yo... Yo también tenía que decirte algo... −dijo algo nervioso. No notó su tristeza por lo nervioso que estaba.

Astrid le guió hasta en frente de una casa y se aseguró de que no hubiera nadie.

−Verás... −empezó nerviosa− Prométeme que no dejarás de ser mi amigo.

Hipo se sorprendió y la cogió de las manos.

−Astrid, yo jamás te dejaría. −dijo sonriente.

−Vale... E-El caso es que... −suspiró entrecortado.

Entonces Hipo se percató de que algo no andaba bien.

− Astrid, ¿qué pasa? –preguntó preocupado − ¿Estás bien?

Astrid le miró y empezó a llorar. Bajó la cabeza y le abrazó, hundiendo la cara en su hombro.

−Astrid... −dijo apenado.

Un Mundo Sin Ti [CASTELLANO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora