~CAP 26~SUS OJOS.

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POV HIPO

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POV HIPO

Fuimos al Gran Salón y allí nos estaba esperando mi padre, que estaba sentado en la mesa gigante que hay en el medio. Me senté en frente de él y los demás se quedaron de pié.

− ¿Qué ocurre, papá?

−Verás, hijo... −empezó a decir no muy contento. Me empecé a asustar, no puede ser nada bueno− Ya tienes veinticuatro años, eres mayor. Te he hablado muchas veces de que esto algún día ocurriría. –lo miré confundido y asustado por lo que me diría− Muy pronto te nombraré jefe de Mema. Lo sabes, ¿no? –asentí sin muchas ganas. Todo aquel que me conozca sabe que nunca me gustó la idea de que algún día seré el jefe de mi tribu.

Miró a Ashley y ella asintió. ¿Qué está pasando aquí?

−Como Astrid no está y Ashley se ha ofrecido voluntaria te casarás con ella. –dijo muy rápido con los ojos cerrados. Me quedé congelado.

− ¡¿Qué?! –dije cuando pude reaccionar− ¡¿Por qué?!

−Una de las cosas más importantes en la vida de un jefe es el matrimonio, Hipo. Y sabía que tú no elegirías. Así que lo hice yo. –respondió triste y serio.

La impotencia me inundó. La impotencia de... lo injusto. Me pasó lo mismo hace cinco años cuando me culparon de haberme tomado esa especie de anestesia.

Sentí unas ganas tremendas de gritar, pero no lo haría aquí.

Me levanté bruscamente y me dirigí rápido hacia la salida.

−Hijo, ven. Aún no hemos terminado. –dijo mi padre serio, pero no lo escuché− ¡Hipo!

Salí del Gran Salón y me adentré en el bosque con Desdentao a mi lado.

− ¡¿Cómo me ha podido hacer esto mi padre?! –dije angustiado con las manos en la cabeza mientras caminaba sin rumbo. Desdentao me gruñía suavemente y restregaba su cabeza en mi pierna.

Me senté en la orilla de un lago y Desdentao se tumbó apoyando la cabeza en mis piernas. Comencé a acariciarle la cabeza.

−Ojalá Astrid estuviera aquí. Ya me daría igual casarme con quien sea, sólo quiero que Astrid esté aquí. –dije sin poder contener algunas lágrimas.

Quiero salir de aquí. Ahora no quiero estar en Mema. Se ha hecho tarde. Me he pasado aquí sentado con mi amigo toda la mañana. Aprovecharé para ir a hacer el recado de Bocón.

Salí del bosque y me fui a la plaza, ya que en el bosque era difícil despegar por los frondosos árboles que hay allí.

De camino me encontré con Bocón.

− ¿Qué te ha dicho tu padre? –preguntó nada más verme− Parecía triste. Y eso ya es raro en él. –no respondí, sólo miré al suelo apenado− Y... al parecer tú también lo estás.

Un Mundo Sin Ti [CASTELLANO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora