Un Mundo Sin Ti [CASTELLANO]

~CAP 10~POR Y PARA SIEMPRE.

POV HIPO

Salimos de la academia y entramos en el bosque. Siempre hablábamos allí. Era nuestro sitio.

Caminamos para adentrarnos más. Entonces me detuve delante de ella y me crucé de brazos.

− ¿Por qué no me lo has dicho? –exigí.

− ¿El qué, Hipo? Llevo un rato intentando adivinar qué demonios...

−Ahozaven. –interrumpí serio. Ella abrió mucho los ojos y esbozó una sonrisa apretada− Pensé que teníamos confianza para al menos que me contaras que tienes en herencia una isla. –dije sarcásticamente.

−Ya... lo siento, Hipo. Es... Es que. –dijo cogiéndose un brazo.

− ¿Es que qué? Por Thor, Astrid. Soy tu mejor amigo. –sinceramente me dolió decir eso último− Puedes confiar en mí para decirme lo que quieras. –la cogí de las manos− Pase lo que pase, estaré contigo. –me miró con ternura− No sé por qué no me has dicho lo de tu isla, pero lo que sí sé es que si me lo hubieras dicho no hubiera pasado nada entre nosotros. Sólo me sorprendería y me alegraría por ti. –rápidamente me estrechó entre sus brazos y la correspondí el abrazo.

Se separó y bajó un poco la cabeza apenada.

−No te lo conté porque... pensaba que te alejarías más de mí.

− ¿Qué? Astrid yo no me...

−Déjame acabar. –dijo exigente.

−Y porque... porque... −le costaba decírmelo. Me empezaba a imaginar lo que me diría. Se me aceleró el corazón− Porque lo más probable es que yo herede el trono, ya que no hay herederos presentes.

− Pero eso es bueno. –dije sonriente.

−Si me nombran reina de Ahozaven tendré que mudarme allí. –dijo aún más apenada. La sonrisa se me borró por completo.

−Pero. Eso no lo tienen seguro, ¿verdad? No te preocupes por eso todavía. –intenté tranquilizar, lo que resultó efecto, me dio una sonrisa de agradecimiento.

− Por cierto, −dijo con una sonrisa pícara después de unos segundos− ¿qué hacías esta mañana? Nunca te sueles quedar dormido.

−No, no estaba durmiendo. Yo... −intenté decir sonriente.

−Espera, si es lo que ha dicho Patán mejor ahórratelo. –dijo divertida con las manos en el aire. Nos reímos.

− ¿En serio pensáis que soy así? ¿Por quién me tomáis? ¿Por un pervertido? –pregunté todavía riéndome.

−Yo siempre te tomé por un pervertido. –rió.

− ¡Oye! –me quejé aun riéndonos.

−Bueno, ¿y entonces qué hacías? –preguntó tras recuperarnos de la risa.