~CAP 49~NO LO OLVIDÉIS

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POV ASTRID

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POV ASTRID

Mis amigos y yo intercambiamos miradas horrorizados y entristecidos. Y, en cuanto a Estoico... A juzgar por su rostro, pude notar cómo se derrumbaba por dentro. No sabía si era que tenía la vista pegada en su hijo, o que se quedó en shock. De pronto, comenzó a negar repetidas veces con la cabeza. Para intentar calmarlo, Bocón le puso una mano en el hombro y le dijo algo. Yo estaba lejos así que no pude escucharlo.

Todavía no podía ver la expresión de Hipo, ya que seguía de espaldas. Pero no se movió, ni dijo nada.

—Astrid, no te preocupes. —dijo Finn a mi lado— Hablaré con el juez y con los superiores. —dijo decidido y preocupado.

—No pueden encerrarlo por tanto tiempo. —se quejó Liam angustiado, cruzándose de brazos.

—En realidad... Sí que podemos. Y se lo merece. —dijo mi padre mirándonos por encima del hombro, ya que seguía sentado delante de nosotros.

Creo que en mi vida miré a mi padre con tanto odio y desprecio.

—¡Orden! —exclamó el juez y todos nos callamos— Como decía, son treinta años de condena, al igual que tu dragón. Consultaré con el consejo si tienes el derecho de recibir visitas. Dicho todo esto, se levanta la sesión. —finalizó, levantándose del asiento y caminando hacia la salida.

Ninguno de nosotros, y con nosotros me refiero a Estoico, los chicos, mi tío, mi hermano y yo, podíamos reaccionar. Después, uno de los guardias que vigilaba a Hipo le hizo darse la vuelta para caminar hacia la salida. Ahí es cuando pudimos ver su cara.

Esa cara... Esa expresión... Jamás había visto a Hipo con ese rostro tan... Sin vida... Tenía los ojos un poco más abiertos, con mirada perdida y la boca entreabierta. Las cejas no estaban ni levantadas ni fruncidas. Esa mezcla de terror, tristeza, desesperanza y preocupación que había en su rostro se me quedó grabada en la mente.

Lentamente, vimos como se llevaban a Hipo fuera del lugar. Nosotros nos levantamos y nos reunimos en la salida. Nadie podía formular una sola palabra. La idea de no volver a ver a Hipo en treinta años nos rondaba a todos por la cabeza.

—Si fuera por mí, le habrían caído cincuenta años. —se quejaba una persona mientras salía.

—Si fuera por mí estaría el resto de su vida encerrado. —le contestó la otra persona.

Oímos más comentarios como ese mientras todo el público salía del Salón. Hasta que oímos algo que no le hizo ni una pizca de gracia a nuestro jefe.

—Tendrían que haberle condenado a muerte. —dijo un hombre a otro hombre mientras salían.

No nos dio tiempo a frenar a Estoico. Se acercó rápidamente a aquel hombre y le cogió del cuello de la camisa.

—¡¿Pensarías lo mismo si fuera TÚ hijo al que estuvieran condenando?! —gritó angustiado, con la voz rota. Todos los murmullos se silenciaron y las miradas pasaron a ellos.

Un Mundo Sin Ti [CASTELLANO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora