┍ Capítulo 5: Hogareño ┚

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Por ser sábado, hoy hay dos capítulos!
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SeokJin colocó los platos sobre la mesa con agilidad, dejó una olla humeante en medio, y se sacudió las manos contra el delantal negro que tenía atado alrededor de la cintura.

Observó su obra por si faltara algo, y cuando estuvo satisfecho, se acercó hasta la puerta. 

—¡Niños! ¡A comer! 

Se quitó el delantal y lo dejó sobre una silla. Esperó por los pasitos acercarse hasta la habitación con una mano arreglándose el pelo.

Debía llamar a NamJoon también. Ni siquiera sabía adonde había ido porque no se habían cruzado ni una sola vez desde antes de ver a JungKook. 

—Vamos, Kookie.— dijo JiMin entrando despacio al comedor, sosteniendo la mano de JungKook para darle más estabilidad y guiarlo. Ambos llegaron en frente de SeokJin, y él no desaprovechó la oportunidad para decirles lo tiernos que eran. Ayudó a JungKook a subir a su silla para bebés, y a JiMin a colocar las almohadas en la silla donde estaba, porque según él, "ya era un niño grande" y no quería usar sillas como la de JungKook. 

El rubio tomó su celular, y marcó el número de su esposo. 

NamJoon contestó luego de un pitido.

—¿Jinnie?

—Joon, la cena ya está. 

—Oh, ya voy. Gracias, Hyung.— antes de que Jin pudiera siquiera cortar la llamada, el castaño ya estaba entrando por la puerta trasera de la cocina; la que daba al patio. 

NamJoon movió las cejas de arriba a abajo, y Jin rodó los ojos.

—¡Papi!

—¡'api! 

Gritaron al mismo tiempo ambos niños, y NamJoon les sonrió.

—¿Quiénes son estos niños tan limpios? Jin ¿Dónde están JiMin y Kookie? 

Eso hizo reír a JiMin. JungKook por su parte, solo estaba feliz de ver a su otro padre. 

—¡Somos nosotros, papi! Appa nos bañó, y pude usar el shampoo sin que me dolieran los ojos.— comentó el niño con orgullo, tocando su cabello. 

—Wow, estás creciendo demasiado rápido, Minnie. 

—Tan rápido como la comida se está enfriando, chicos.— intervino SeokJin, mitad bromeando, mitad serio.—Enserio, el Spaghetti no es muy rico cuando está frío. 

NamJoon se sentó junto a JiMin, y le guiñó un ojo, juguetón.

SeokJin los ayudó a servirse a cada uno un poco de los fideos, y cuando todos estuvieron listos, se sentó junto a JungKook para darle de comer. 

—El Spaghetti es mi comida favorita.

NamJoon hizo un sonido de aprobación.

—La mía también, Mochi.— replicó, y asintió, de acuerdo con su hijo. SeokJin llevó una cucharada de puré a la boca de JungKook.

—¿Tu comida favorita no era el Jajjangmyeon, papi? 

—Sí, la es.— JiMin ladeó la cabeza, confuso.—Y también el Mangaetteok, y el Kimchi, ah, y las hamburguesas.

—¿Por qué tienes tantas comidas favoritas? 

NamJoon miró furtivamente a SeokJin mientras este estaba concentrado en JungKook. 

—Pues, Minnie.— Dijo como si fuera obvio, y JiMin anticipó la respuesta, con la expresión usual que usaba al aprender algo de su padre.—Me encanta todo lo que tu Appa cocina. 

—Ooooh.— el niño alargó el sonido, y SeokJin sintió sus mejillas calentarse aún cuando había estado casado ya hace seis años. 

Estúpido NamJoon. Estaba igual de enamorado que desde el principio

El rubio tosió, y JungKook trató de tocarle las mejillas al ver el color. Traidor.

—Joon ¿dónde estabas? 

NamJoon tragó un gran bocado de Spaghetti.

—Estuve vaciando las cajas un rato, y luego fui a revisar la parte de atrás de la casa. Ya sabes, para ver lo del bosque y los límites.

—¿Alguna noticia?— JungKook sonrió cuando Jin lo miró. 

—Creo que podemos poner una cerca. Es la opción más viable. No parece que sea un bosque demasiado peligroso, pero es mejor ser precavidos.

SeokJin asintió, estando totalmente de acuerdo con el menor. Debían prever cualquier cosa cuando se tratara de los niños. 

La vocecita molesta en su cabeza le recordó lo que pasó con la cuna. 

—¿Qué va a pasar con el columpio, papi?

NamJoon le sonrió a JiMin.

—Voy a tratar de arreglarlo, bebé. En todo caso, podemos comprar otro. 

—¡Sí!— JiMin exclamó emocionado, y SeokJin observó sus mejillas llenas de salsa de tomate. Le hizo un gesto a NamJoon y este se apresuró a tomar una servilleta e indicarle a JiMin lo que debía hacer. 

SeokJin retomó su atención al pequeño que estaba alimentando, haciéndole muecas para que se entretuviera. 

El ambiente era muy tranquilo y hogareño, sin embargo, SeokJin no podía dejarse disfrutar de aquello completamente, por alguna extraña razón. 

Hiseolyl 「 NamJin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora