┍ Capítulo 10: Noche intranquila┚

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El viento aullaba con fuerza afuera, y cada vez más, Jin se sentía inquieto. Según su teléfono habría una tormenta eléctrica, pero lo que escuchaba fuera de la casa le parecía más un huracán que cualquier cosa. 

Por lo menos, NamJoon le había asegurado que la casa estaba preparada para tormentas muy fuertes, así que eso disminuía un poco su nerviosismo.

No lo eliminaba, sin embargo.

Por eso ahora estaba allí en la oscuridad, removiéndose de un lado a otro sin poder dormir. 

El meollo del asunto era no solamente lo de la tormenta, sino que también le venía a la mente lo de esa mujer, Ryun, y las cosas que JiMin había dicho.

Después de todo, ¿no sé suponía que los niños tenían la razón? 

¿A qué se había referido con lo de protegerlo? ¿Solamente tenía miedo por ser la primera vez sin estar sin su otro padre? ¿o realmente había algo serio detrás?

Y no era que no tomara las cosas que JiMin dijera en serio, no, pero es que sabía que los niños podían temerle a cosas a las que no deberían realmente.

Suspiró debajo de sus sábanas, extrañando el calor de su esposo al lado.

Apretó los párpados, y trató de dormirse escuchando la lluvia caer contra el vidrio.

Estuvo inmóvil, en silencio, hasta que alguien le tocó una pierna.

Se incorporó rápidamente, y entornó los ojos para ver en la oscuridad.

—Appa...— susurró la vocecita de JiMin. Él estaba parado junto a la cama de sus padres, vacilante.

Jin vio sus ojos abiertos como platos, y llenos de miedo.

—¿Mi amor?— replicó Jin. JiMin apretó con más fuerza el peluche del oso Ryan que NamJoon le había regalado en su cumpleaños contra su pecho.

—¿Puedo dormir contigo? solo por esta noche...

—Sí, claro. Ven.— Jin señaló con su cabeza el espacio vacío en su cama, a lo que JiMin trepó hasta él. El rubio levantó las sábanas para que el niño se metiera dentro, para luego colocarlas encima de él y abrazarlo. 

JiMin soltó un sonido de satisfacción.

SeokJin se acostó con la barbilla tocando la parte superior de la cabeza del niño, mientras subía y bajaba su mano por la espalda de este.

—¿Qué sucedió, JiMin? ¿Un mal sueño? 

—Vi a alguien... afuera, appa. 

—¿Cómo?

—Estaba parada cerca del bosque... me asustó mucho, appa. 

Jin apretó el entrecejo, y de repente, escuchó con claridad la intensidad del viento al mover las ramas, el crujido de la madera vieja de la casa, y las cortinas de la habitación de JungKook flamear como las alas de una mariposa.

También podía escuchar su corazón errático en su pecho. 

¿Había alguien parado frente a su casa? 

—¿Te... estaba mirando, Minnie? 

JiMin negó con la cabeza. 

—No lo sé. Solo vi una silueta cerca de allí. Tengo miedo, Appa.

—Tranquilo.— su intento de consuelo salió mal. Genial, Jin.—¿Por qué no intentas dormir otra vez? Yo voy a seguir despierto junto a ti, bebé ¿bien? 

JiMin pareció considerarlo un momento, ya que su respuesta llegó segundos después.

—Okay, appa.— se enterró con ímpetu en el cuello de su padre, y Jin lo apretó contra sí, queriendo esconderlo de todo.

Se quedó quieto mirando la pared contraria, con la mente en otra parte. 

Y si... ¿realmente había alguien? 

Se mordió el interior de la mejilla, esperando que realmente JiMin solo lo hubiese imaginado.

Con un demonio.

Esperó unos minutos más, escuchando atentamente la respiración de su pequeño entre sus brazos para detectar el momento justo en el que este se dormía profundamente, y salir. 

Finalmente, cuando él también empezaba a sentirse adormilado, sintió como JiMin se quedaba completamente inmóvil y su respiración se hacía más pesada. 

Con cuidado, se separó del niño, y se levantó de la cama. Caminó casi en hurtadillas hacia el pasillo luego de agarrar su teléfono, y se dirigió directamente a la habitación de JungKook. 

El castaño estaba dormido también, sano y salvo. 

Se dio la vuelta hacia la habitación de JiMin, y contuvo la respiración a medida que avanzaba hacia la ventana.

¿Qué haría si realmente había alguien? ¿llamar a la policía a pesar de que apenas y tuvieran servicio? ¿a NamJoon? 

El piso crujió bajo su peso, y su mirada viajó hacia los peluches de JiMin sobre su cama, a la mesita de luz, y último a sus juguetes perfectamente guardados en un baúl. Lo único que alumbraba eran los relámpagos, ya que no había encendido la linterna de su teléfono.

Se acercó a la ventana, y asomó la cabeza para ver el lugar cerca del bosque. 

No había nada. Por supuesto. 

Soltó el aire, y cuando iba a darse la vuelta para irse, una mano apareció de la oscuridad y le sostuvo el antebrazo.

Estuvo a punto de lanzar un grito ensordecedor, pero se detuvo al reconocerlo.

—¡Demonios, Joon! ¡Casi me das un infarto!— susurró-gritando, pero sin poder ocultar la sonrisa que empezó a formarse en sus labios. 

NamJoon estaba ahí, completamente empapado, pero ahí en frente suyo. 

—Lo siento, Jinnie. Quería...—

—Idiota.— exclamó una vez más el mayor antes de enrrollar sus brazos alrededor del cuello de NamJoon, y besarlo en lo labios. Se separó rápido.—¿Qué haces aquí? ¿Por qué...?

—Terminé el asunto rápido, ya sabes, después de lo que dijo JiMin, no quería arriesgarme...

—Joon, te dije que no teníamos que preocuparnos tanto por eso. JiMin tiene una imaginación muy hiperactiva, y lo sabes.

NamJoon suspiró y pasó sus dedos por el costado del rostro de Jin.

—...¿Y que pasa si es algo de verdad por lo que debamos preocuparnos? 

SeokJin se quedó mirando directamente a los ojos de NamJoon, tenuemente iluminados por los relámpagos. 

Realmente estaba preocupado por él, y SeokJin podía verlo.

¿Qué había hecho para merecer a ese hombre?

—Está bien, Joonie. Los niños estarán encantados cuando te vean mañana. Ahora, ¿vamos a dormir? 

NamJoon asintió, y comenzó a irse. SeokJin lo siguió, no sin antes mirar hacia atrás una vez más. 


Hiseolyl 「 NamJin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora