┍ Capítulo 54: Siempre a tu lado┚

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YoonGi 

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YoonGi 

Doce horas. Doce horas aproximadamente habían pasado desde que HoSeok apareció catatónico en la casa; y seis horas desde que se había quedado dormido. 

Al fin. 

Después de que Jin hubiera tenido su ataque—el cual aún seguía sin entender.— HoSeok había estado actuando más raro. 

En vez de la misma sílaba rota de "Gi" que había estado tartamudeando, pasó a susurrar lo que logró entender como "Viene" 

Y eso le ponía los pelos de punta. 

Estuvo susurrando aquello hasta cuando YoonGi lo ayudó a subir las escaleras hasta la habitación que según NamJoon era de invitados, lejos de la histeria de SeokJin. 

Allí dentro, le había parecido que HoSeok podía ver cosas que él no. Porque su mirada no dejó de pasearse por las paredes del lugar, ni cuando una serie de lágrimas cayeron de sus ojos. 

YoonGi no lo había aguantado. 

Había forzado al pelirrojo a recostarse junto a él, YoonGi colocando su pecho contra la cabeza del otro y abrazándolo protector. Aún así las lágrimas no cesaron, pero el enfermero se quedó dormido luego de unas horas. 

Eso significaba que cuando despertara, ya podría volver en sí, y podrían saber que sucedió. 

No supo de los tórtolos abajo hasta que NamJoon había entrado a la habitación a dejarles el desayuno que Jin les había mandado, avisándole también que ya era de mañana.

No hubo intercambio de palabras además de eso, y agradeció que Joon supiera leer a la gente. No estaba de ánimos para hablar mucho. 

Así que ahora se encontraba mordisqueando un trozo de Kimbap, escuchando la respiración acompasada del menor. La luz del sol entraba por la ventana e iluminaba la habitación, pero eso no le quitaba lo inquietante. Especialmente el armario del fondo...

Realmente seguía pensando que esa casa tenía algo. O si no era la casa, era el pueblo. Aún no había investigado sobre lo de la semana de la Purificación, ni se lo había dicho a Jin o Joon; y sentía que debía hacerlo. 

Suspiró y se levantó de la cama, tomando otro pedazo de Kimbap para llevárselo a la boca mientras caminaba por la habitación. 

Se paró frente a la ventana, observando el árbol junto a la casa mecerse con el viento. 

Sería una buena vista sino fuera porque el árbol estaba terriblemente descuidado y seco, contrastando con todo lo verde de alrededor. 

Era tan resaltante, que se quedó escudriñando la singularidad de aquel árbol muerto. 

Masticó el kimbap lentamente, frunciendo el ceño al notar unas irregularidades que no lucían muy naturales en el tronco y cerca de las raíces del árbol. 

Interesante.

Sin embargo, no pudo mirarlo más porque sintió la mirada de alguien clavada en su nuca, y se giró de inmediato. 

HoSeok estaba parado frente a él con los ojos bien abiertos y su corazón se saltó unos latidos. 

—HoSeokie ¿estás bien?— movió sus manos cerca del pelirrojo, no queriendo tocarlo por si reaccionara mal. 

HoSeok parpadeó, separando los labios. 

—...Vi...ene... YoonGi... G-Gi...— la voz pareció terminársele porque dejó de hablar, solamente abriendo y cerrando los labios como un pez. 

YoonGi se sintió desanimado. De todas formas, le tocó despacio el hombro y lo dirigió a la cama de nuevo. 

—Claro, Hobi. Duerme de nuevo.— HoSeok no se resistió, y en cuanto colocó su cabeza contra la almohada, se volvió a dormir. 

YoonGi suspiró, enredando sus dedos en los saludables mechones de cabello rojo. 

Se preguntó entonces si había tomado una buena decisión en venir a la casa. 

¿Valió la pena? 

No quería pensar así, pero se encontró haciéndolo; su lado crítico tomando control de eso. 

¿Que había ganado aparte de esto? 

Pensó en JiMin, su pequeño primer sobrino. El que en parte lo había hecho seguir siendo pediatra; y también pensó en el bebé JungKook. 

Recordó claramente la primera vez que había visto a JiMin y como se había encariñado tanto con él desde ese entonces. La principal razón de esto siendo que NamJoon se había pasado casi toda su vida soñando con ser padre, y porque... cuando Joon y Jin visitaron a YoonGi para que conociera a JiMin, fue la primera vez que había visto a su hyung sonreír sinceramente desde que su carrera como actor había estallado. 

NamJoon incluso lo había acotado, hablando a solas con él. 

Por ello había decidido proteger a aquello que hacía a SeokJin tan feliz además de su esposo. Lo merecía. Y aunque no lo admitiría a SeokJin, lo quería demasiado y haría todo por protegerlo a él y a esa felicidad. Tal y como a HoSeok, pero desgraciadamente, con él había fallado enormemente. 

Continuó rozando el cuero cabelludo de HoSeok con sus dedos, y sintió en un punto específico una especie de piel dura. 

Examinó el lugar, sin moverlo mucho, y en la luz tenue pudo advertir una costra de sangre sobre un chichón. 

Se había golpeado la cabeza, según la forma del golpe, con algo puntiagudo. 

—Oh, HoSeokie.— murmuró, pegando su rostro contra el pelo del menor.—¿Qué te hicieron? 

YoonGi cerró los ojos, inhalando su aroma ya casi imperceptible. 

—Te quiero tanto.— murmuró una última vez, sintiendo como el sueño amenazaba con arrastrarlo.  

No había dormido aún desde el día anterior, y estaba tan cómodo... 

Pero entonces ya no tuvo ganas de descansar, al escuchar la voz de HoSeok. 

—Yo también te quiero, hyung.

Hiseolyl 「 NamJin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora