┍ Capítulo 51: Kim┚

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Hola! He vuelto :') Primeramente quiero disculparme por mi repentina desaparición, pero fue algo que no planeé. Simplemente estuve muy ocupada y de pronto ya había pasado una semana y media desde la última vez que actualicé <\3
Segundo, sé que ya vamos por los 50 capítulos, pero necesito contar ciertas cosas. Además, este fic es como terapia para mí, así que espero que sigan conmigo hasta el final  :D
En fin, solamente eso, les dejo un cap un poco más largo de lo normal en son de paz por el hiatus.

¡Disfruten!

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SeokJin

Los tulipanes que había plantado en el jardín se mecieron lentamente con la brisa, dibujando un mosaico de colores amarillo y violeta cada vez que dejaban de doblarse. 

Había sido idea de los niños colocarlos de esa manera, y no podía decir que estaba decepcionado. Era muy bonito. 

La brisa entró por las ventanillas de la cocina también, y le revoloteó el cabello como una caricia. Respiró profundamente, aspirando aire puro. 

—¡Appa!— el llamado infantil lo alertó, y buscó a su hijo con una sonrisa.

JiMin llegó saltiteando de la sala, con los ojitos en forma de medialuna.

—¿Qué pasa, Mochi? 

El pequeño se aferró al costado de su camisa. 

SeokJin se sacudió las manos en el lavabo, dejando a un lado el plato que había estado lavando y se agachó hasta la altura del otro.

—¡Hicimos una canción para ti!— abrió los brazos para dar énfasis.—¿Quieres venir a escucharla? 

SeokJin le apretó la nariz.

—Por supuesto. Ahora voy.

—¡Si!— exclamó JiMin, y corrió de vuelta a la sala, SeokJin mirándolo con una sonrisa suave. 

Sin embargo, la nube oscura y pesada de la noche anterior le venía a la mente. 

Aunque quisiera pretender, nada estaba bien. 

La noche anterior NamJoon lo había encontrado histérico en el suelo, gritándole (según él) a un espacio vacío frente a la televisión e implorándole que se fueran de ahí. 

Por el susto, SeokJin no lo recordaba con ese lujo de detalle, pero sí podía afirmar que le había tomado casi toda la noche a su pobre esposo calmarlo hasta que se durmiera, quien le acarició el pelo y le besó el rostro cada tanto; cada que SeokJin volvía a entrar en pánico. 

Por fortuna, ninguno de los niños se había levantado por su ruidoso padre, y no se habían tenido que preocupar por que ellos también se durmieran. 

Al final se había dormido al despuntar el alba, por lo que ahora, a las once de la mañana, tenía un sueño tremendo. Pero no podía darse el lujo de dormir. Tenía un rol de padre que cumplir. 

Hiseolyl 「 NamJin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora