❝Hogar, dulce hogar...❞
SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...
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HoSeok:
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Era el día.
Finalmente habia llegado; y HoSeok no podía decir que no estaba emocionado.
Trataba de ocultarlo un poco, obviamente, pero ni YoonGi, cuando lo habia visto por última vez esa mañana, lo pudo ocultar mientras salía de la casa diciendo que su madre le habia prohibido verlo durante todo el día en pos de la tradición.
Ya solamente se encontrarían en el altar.
HoSeok miró a traves del vidrio el hermoso paisaje de Jeju-do, y a los rostros familiares caminar por el sendero que los llevaba al lugar.
Con YoonGi habian decidido que lo mejor sería una boda a la intemperie, frente al océano antes de caer la noche. No sabía como explicarlo, pero realmente le agradaba el pensamiento de que fuera así. Era romántico, casi poético, al imaginarse dentro de unos minutos parado en frente de su prometido con tal paisaje.
De esa manera dieron con la imponente Jeju-do, de todas formas, y no se arrepentía en lo absoluto.
Suspiró y se miró en el espejo de su costado.
No tuvo miedo. Solo se vio así mismo con una sonrisa, a su traje de color blanco satinado con detalles en plata, sus piernas esbeltas gracias al pantalón, y el hanbok modernizado del mismo tono que abrazaba sus hombros con soltura y caía alrededor de su cuerpo.
