❝Hogar, dulce hogar...❞
SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SeokJin
Acabó de preparar el café en el preciso momento en el que HoSeok bajaba por las escaleras.
El enfermero aún se veía perdido, pero parecía ya un tanto más tranquilo. Llevaba puesta una pijama que Jin le había prestado, y considerando el peculiar talle de este, las mangas le sobraban y le daban un aspecto más tierno que el que su pelo rojo desordenado ya le daba.
HoSeok arrastró los pies hasta la cocina y Jin le sonrió al verlo entrar.
—Siéntate ahí, HoSeok.— Le señaló la cabecera de la mesa, donde ya estaba una taza humeante de café y al lado de este unos cupcakes.
HoSeok obedeció, sentándose mientras Jin traía dos tazas más para NamJoon y él.
—No hacía falta...
—Claro que sí, HoSeok-ah. No te he visto comer en todo el día. Adelante, los he sacado recién.
HoSeok hizo un puchero, y llevó uno de los pastelitos a sus dientes. Lo mordió y soltó un sonido de satisfacción.
—¿Te gusta?— preguntó Jin con una sonrisa de lado, a lo que HoSeok asintió con vehemencia.
—No sabía que se te daba tan bien cocinar, hyung.— mordió otro pedazo y lo masticó lentamente.
Jin dejó las tazas sobre la mesa, ladeando la cabeza.
—Al principio era un asco. Solo lo hacía por necesidad. Ahora creo que hasta le he tomado cariño.
—Es realmente delicioso.— gimió de nuevo, y el rubio lanzó una risita.
—Gracias, HoSeokie. Ah, ¿te importa si NamJoon se nos une?
Ante eso, HoSeok tragó lo que estaba masticando demasiado rápido, causando que tosiera un poco. Jin enarcó una ceja, viéndolo beberse el café para dejar de toser y asentir como si nada.
—Claro, no hay problema, claro. Por supuesto. NamJoon.
¿Estaba... nervioso?
—Tranquilo, HoSeok-ah, NamJoon no muerde.—comentó divertido por su reacción. Nunca había visto al pelirrojo así.
