NamJoonVolvió con YoonGi del centro después de unas horas. No le había dicho nada a SeokJin porque había creído que lo mejor era dejarlo descansar, considerando su malestar. Además, planeaban volver enseguida, por lo que había creído que cuando regresara, no lo notaría.
Sin embargo cuando llegaron, SeokJin estaba parado frente a la casa, brazos cruzados sobre su pecho.
—Ups.— soltó YoonGi y NamJoon lo fulminó con la mirada antes de acercarse.
SeokJin estaba serio, pero en sus hermosos rasgos no había enojo. Más bien, tenía una mirada atemorizantemente necesitada; como si una carga pesada estuviera sobre sus hombros y viera a NamJoon como una forma de salvación.
NamJoon llegó a unos metros de él primero que YoonGi.
—¿Hyung? ¿qué haces aquí? ¿no debes estar descansando?— reprochó, y el rubio se movió de su posición al bajar lentamente por las escaleras del pórtico.
—Ya me siento mejor.— NamJoon sabía que estaba mintiendo, pero no se lo refutó, más le preocupaba la expresión que tenía.—¿A dónde fueron?
El moreno señaló a YoonGi, quién traía una caja.
—Trajimos pizza. ¿Sabes que tienen un Pizza Hut? Es sorprendente.— SeokJin hizo una mueca extraña.—Aunque todos sus ingredientes son cultivados por el pueblo, claro.—Una ligera brisa comenzó a soplar, y a la par que los cabellos de SeokJin le cubrían los ojos, se aferró mejor al abrigo que llevaba puesto aunque fuera verano.—¿Amor, qué te pasa?
NamJoon arrugó el entrecejo, preocupado, y SeokJin apretó los labios, lo cual solo confundió más a NamJoon.
—Los niños están en la sala.— dijo, jugueteando con el dobladillo de su abrigo rosa.—Están jugando.
NamJoon ladeó la cabeza, como si de repente SeokJin estuviese hablándole en otro idioma.
—¿Correcto...?
—Joon.— SeokJin se relamió los labios y se inclinó hacia él.—Necesito mostrarte algo.—En ese punto había comenzado a susurrar, y NamJoon se acercó más para entenderle.—En privado.
NamJoon observó los contorneados dedos de su esposo quitarle una hoja que se había posado en su hombro.
No quería pensar mal, pero lo hizo.
—YoonGi puede quedarse con los niños un momento, y...—
—Dejen sus cochinadas para cuando no esté aquí ¿quieren?— YoonGi intervino de pronto, unos metros alejados de ellos apenas, y con un pie en el primer escalón del pórtico.—No crean que no sé todo el amor que se estuvieron dando ayer a la noche.
La palidez de SeokJin desapareció un momento por el color rojo que apareció en sus mejillas, y NamJoon pensó que era lo más adorable e inocente que había visto alguna vez.
Así como también, aquél comentario le hizo recordar ciertas cosas estaban muy lejos de ser inocentes.
—¿Qué dirás tú, señor-me-devoro-a-mi-enfermero-frente-a-mi amigo?— contraatacó, Jin, aún avergonzado.
NamJoon vio como la expresión de YoonGi cambió ligeramente. Y le causó gracia, aunque no supiera de que estaban hablando.
—Fue un desliz.— YoonGi se encogió de hacer hombros y Jin negó con la cabeza.—Como sea, hagan lo que quieran. Dejaré la pizza sobre la mesa, SeokJin, porque no entiendo tu desorden dentro del refrigerador.
—¡Lácteos arriba, verduras y frutas abajo y lo que resta en el medio, YoonGi! ¡No es difícil!— exclamó el rubio, gesticulando con las manos acalorado; a lo que NamJoon riendo le tomó de las manos para tranquilizarlo.
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Hiseolyl 「 NamJin 」
Fanfic❝Hogar, dulce hogar...❞ SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...